El viernes se cumplió un año de la reelección de Hermann von Mühlenbrock como presidente de de la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa). Un año complejo marcado por la tramitación de la reforma laboral, pero también por un acalorado clima interno en lo gremial. La competencia desatada, la suspensión de CMPC y salidas de gerentes históricos, fueron algunos de los episodios vividos en el edificio de La Industria.
Von Mühlenbrock ha mantenido el hermetismo por meses, pero accedió a hacer un alto en su agenda y llegar a la hora de los balances. Reconoce que fue un año “duro”, pero dice estar “contento”.
- ¿Cuál ha sido el principal compromiso que pudo concretar?
- El programa 2015-2017 incluía cinco ejes. Lo relevante ha sido la estructura interna que estamos formando, de reforzar nuestra área de Políticas Públicas y Desarrollo; tener un gerente que se dedique al ámbito corporativo y un gerente de Comunicaciones y Relaciones Institucionales. Estos cambios nos dan una fortaleza de administración interna importante. Lo otro es la Gerencia Regional que creamos en mayo 2015.
- ¿Hay alguna diferencia entre su primer y segundo mandato?
- El 2013 fue un año donde realmente trabajamos bien. A mediados de 2014 se provocaron algunas diferencias de opinión, hubo cambios en las vicepresidencias. Aquí no hay que buscar culpables, las cosas pasan. A fines de ese año se comenzó a hacer público el interés por las elecciones internas, lo que generó bastante ruido. Sin embargo, siempre estuvimos muy tranquilos, ya que estábamos convencidos de estar haciendo las cosas bien. Terminadas las elecciones, la Sofofa salió fortalecida y muy unida. Ese fue uno de los grandes logros.
- ¿Y a nivel interno cuál ha sido el minuto más complejo?
- Evidentemente el proceso eleccionario generó preocupación e interés en la gente y a nivel interno. Pero sobre todo fue un proceso con mucha exposición pública y mediática. Hubo mucha insistencia en que se realizaran debates y confrontación de propuestas, pero terminado este proceso, hemos estructurado un excelente equipo.
En general 2015 es un año complejo como país. Durante ese año y lo que va de 2016, debimos redoblar nuestros esfuerzos en contribuir con nuestra visión a tomar conciencia de lo negativo de los efectos que traería la reforma tributaria y laboral. Y nos preocupa la estigmatización al empresariado. Algunos tratan de encasillarlo diciendo que no queremos cambios. Y nada más lejos de la verdad.
- ¿Se ha ido diluyendo la otra fuerza que en la elección aspiró a presidir la Sofofa?
- No sé. Varios consejeros no salieron. Andrés Navarro no ha mantenido una presencia muy activa en los consejos siguientes. Luego de la elección, la Sofofa se abocó a los grandes temas y desafíos que tiene por delante.
- ¿Cuáles son las prioridades este año?
- Seguir trabajando fuerte en las regiones. También en el Consejo de la Manufactura. Se priorizará el trabajo de nuestros comités temáticos y todo lo que se relaciona a la difusión de buenas prácticas en las empresas.
- ¿Cómo afectó a la Sofofa el caso CMPC?
- En el caso CMPC la Sofofa fue súper clara desde el primer día. Lo condenamos fuertemente, pero también valoramos que se haya hecho la delación compensada. Fueron valientes en la decisión que tomaron.
También destacamos el hecho de que la compañía, desde el principio, haya decidido ver cómo compensar el daño. Se ve como que la comisión de Relaciones Internas y Ética castigó o sancionó, pero fue una medida cautelar mientras dure el proceso. Evidentemente que el daño en la opinión pública es muy fuerte.
- Usted dice que fue una decisión clara, pero a los meses se reactivó el tema cuando Eliodoro Matte envió una carta poniendo en duda los mecanismos utilizados por la comisión para tomar esta medida.
- En el consejo pasado se explicó claramente el procedimiento. La comisión de ética llevaba más de un año trabajando. Como resultado se creó un reglamento, que fue aprobado por el comité ejecutivo y en donde se le dio una institucionalidad a la comisión. De acuerdo con los estatutos y este reglamento, solo en el caso de expulsión esta sanción debe ser aprobada por el consejo general. Ahí creo que hay tema de algunos pocos, no sé si da para plural, de llevar esto a un consejo, pero eso no está en los estatutos ni en los reglamentos de la Sofofa.
- ¿Pero entonces fue por una falta de información que Matte aún no entendiera esta decisión?
- No sé, lo entiendo, un hombre de los valores y de la calidad empresarial de Eliodoro, que le pase esto, lo entiendo perfectamente. Un hombre con una tremenda vocación pública, todo lo que ha hecho en el CEP, para él tiene que haber sido muy duro. Entiendo perfectamente su reacción.
- ¿Se reunió con él para aclarar el tema?
- No, no hemos tenido ninguna conversación después de la entrevista que dio. Solamente nos pareció que no era el tema ni discutirlo por la prensa, porque hay cosas que no gana nadie. Nos pareció que era un tema que había que aclarar en el consejo.
- ¿Y se arrepiente de esta decisión “instantánea” de suspender a la empresa?
- Esa fue una decisión autónoma de la comisión y al presidente de la Sofofa no le cabe ninguna intervención.
- ¿Y reacciones como las de Herman Chadwick de solicitar un consejo extraorinario son más bien sensibilidades?
- Claro. Entiendo que pueda haber también mucho de emoción en lo que dice Chadwick, pero no está apegado a la institucionalidad que tiene la Sofofa en este tema.
- ¿Se intentó dar por superado el impasse con CMPC?
- Con ese tema se dio vuelta la página. El comité de ética tiene que seguir trabajando.
El escenario tras el TC
- Si tras el fallo del Tribunal Constitucional el gobierno decide insistir en los pilares de la reforma laboral, ¿el empresariado está dispuesto a participar de un acuerdo?
- Siempre hemos estamos abiertos a buscar acuerdos y dialogar. La determinación del TC nos abre la oportunidad de volver a dialogar y buscar puntos de encuentro. Estamos disponibles para colaborar en un proyecto de ley que responda a las necesidades de los trabajadores en Chile.
Apoyaremos una legislación que responda a los reales desafíos que tenemos como país, respetando principios básicos de nuestra Constitución como la libertad de afiliación sindical.
- ¿El fallo da cuenta que el proceso de reformas fracasó?
- No me gusta hablar de fracaso o éxito. Lo que sí es evidente es que el afán de avanzar sin transar, haciendo oídos sordos a las recomendaciones de diferentes personas y organizaciones, ha repercutido en el diseño de políticas públicas bastante débiles desde el punto de vista legal.
- La presidenta Bachelet dijo que hará todo lo posible para que la relación entre empresarios y trabajadores sea más justa. ¿Le hace sentido?
- Parte del daño que se le ha hecho al país es plantear juicios de valor absolutos a cosas que no necesariamente son así. No me parece que hoy día las relaciones entre trabajadores y empleadores sean injustas. Sin embargo, siempre hay espacio para seguir mejorándolas. Cosa que esta reforma no logra.
- ¿El gobierno debe asumir su derrota en este tema?
- Aquí hay un solo ganador: la institucionalidad. Habla bien de un país que existan instancias que resguarden las certezas jurídicas. Que las decisiones de este órgano un día beneficien a uno y después a otros, muestra su valor y autonomía.
Lo importante de esto es que, quienes se sientan perjudicados por los fallos, no cuestionen la validez de la institucionalidad.
"Chile debe retomar crecimientos sobre 4%"
- ¿Ve un cambio en el segundo tiempo de la Presidenta, con las medidas de productividad, por ejemplo?
- Nos parecen positivas las medidas del gobierno sobre productividad, que se suman a las propuestas de la CPC. Ahora, es importante ver el desarrollo e implementación de estas medidas, que implican que tanto el Estado como los privados tendrán que hacer un esfuerzo adicional para llevarlas adelante.
- ¿Ha mejorado la relación del empresariado con la Presidenta, con los ministros?
- No es que haya mala relación. El hecho de discrepar no significa que exista una mala relación, mantenemos una relación fluída.
- ¿Hoy se sienten más escuchados?
- Los datos de desempleo han sido negativos, lo que ha fortalecido aún más lo mencionado por el ministro Valdés: esto se resuelve con crecimiento y creo honestamente que los ministros del área económica están preocupados por el tema. Chile debe retomar crecimientos sobre 4%. El nivel de pobreza que todavía tenemos es inaceptable.
- Las expectativas por debajo del 2% para el PIB, el aumento del desempleo, ¿son muestras de que se concretaron las advertencias del empresariado?
- Son hechos que van por un mal camino... Por eso insistimos en la importancia de los acuerdos
- ¿Cómo ve el liderazgo de la Presidenta?
- La Sofofa tiene que seguir contribuyendo a que nuestro país crezca y se desarrolle para mejorar la calidad de vida de todos. Esperamos que a la Presidenta le vaya bien, porque si le va bien, le va bien a los 17 millones de compatriotas.
- ¿El gobierno puede terminar con mejores indicadores de confianza, crecimiento con las señales que ha dado?
- Espero que así sea, pero ojalá que estas señales no se basen en decisiones solo de las mayorías, sino que se trabaje en pos de consensos de todos los sectores. Las empresas no son lo mismo que los partidos políticos. Es importante escuchar lo que digan, así como también se escucha al mundo sindical.
Su visión del proceso constituyente: "Lo importante es que sea representativo"
- ¿Sofofa va a participar de alguna forma del debate constitucional?
- Sin duda. En el debate de las ideas y propuestas participaremos dando a conocer nuestra visión sobre aquellos elementos que son fundamentales para el crecimiento y la libertad económica. En los próximos días tendremos un seminario al respecto.
- El proceso constituyente ya partió, ¿cómo lo ve usted?
- Si es un proceso participativo, es importante decir qué es lo participativo, con qué me voy a sentir que ese proceso fue representativo. Una cosa es participativo y otra cosa es representativo. Lo importante es que sea representativo.
- Los empresarios muestran una actitud propositiva pero tienen una imagen de criticar y cuestionar los cambios. ¿Se puede hacer un mea culpa ante esto?
- Nadie es más proactivo a los cambios que el empresariado, porque es parte de su vida. En el caso de la reforma laboral, la Sofofa fue proactiva. Propusimos 14 medidas que consideramos iban en la línea correcta y, la verdad, ninguna de ellas fue considerada.
- ¿Faltó sensibilizar más al gobierno respecto a la reforma laboral?
- Hemos sido muy claros: esta es una reforma ideológica. Es una reforma con un acuerdo hecho, porque a la CUT le gustaba, porque tiene que volver al año 60. Este es un mundo que está en permanente cambio y debemos tenerlo en cuenta a la hora de legislar. Un ejemplo de esto es lo que ocurre con Uber y los taxis, o con Netflix.
- Entonces, ¿cuál debería ser la estrategia del empresariado?
- Durante los últimos 25 años, el éxito de nuestro país se debe, en gran medida, a la construcción de acuerdos y consensos, los que generaron gran estabilidad. A nuestro país le hace falta retomar esta ruta y para eso estamos disponibles.
Estamos en una democracia donde mandan las mayorías, donde una mayoría importante eligió a una Presidenta, donde una mayoría eligió a un Parlamento. No nos gusta y nos molestan las decisiones que toman, pero ese es el juego de la democracia.
- ¿No pasa entonces por un cambio de posición del empresariado frente a las reformas?
- Tanto en la reforma laboral, como en la tributaria, hemos hecho nuestro mayor esfuerzo para contribuir con ideas y propuestas para mejorar su contenido. La forma como avanzan los países es a través de cosas permanentes y lo que se hace por mayoría no necesariamente es permanente. Cuando se tomaron acuerdos que no fueron de mayoría y cambia un gobierno, rápidamente el que viene después hace modificaciones y eso le hace muy mal a un país. Por eso consideramos la importancia de los grandes acuerdos y de los consensos, de tratar de convencer, porque las cosas que se hacen por consenso perduran.
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