Juan Andrés Fontaine: La revancha que no fue
El economista no pudo extender su buena racha en el MOP, ministerio al que llegó al partir el segundo mandato de Piiñera. Sus dichos sobre el alza del pasaje del Metro, lo dejaron en mal pie frente a la ciudadanía.
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Un poco más de tres meses duró Juan Andrés Fontaine en su segunda vez a cargo del Ministerio de Economía, Fomento y Turismo. Ya había vivido una experiencia de un año y cuatro meses en la primera administración de Sebastián Piñera, que terminó sorpresivamente en medio de un ajuste general.
En ese momento, el reconocido economista de la Universidad Católica, director y consultor de empresas, dejó el gobierno molesto, pues estaba comprometido con una agenda de Impulso Competitivo con 50 medidas para apuntalar la productividad y, como consecuencia el crecimiento del país.
Esta misma misión la hizo suya una vez que volvió a la cartera en junio pasado.
Pero a diferencia de lo ocurrido entre marzo de 2010 y julio de 2011, esta vez hizo un gesto hacia el empresariado y antes de ajustar su agenda legislativa comenzó una ronda de reuniones con todos los gremios de los sectores productivos del país. Los primeros: más de diez representantes de micros, pequeñas y medianas empresas que junto a asociaciones de emprendedores, en un desayuno que se prolongó por más de una hora expusieron una a una sus demandas.
Representantes del comercio, pesqueros y del turismo, fueron algunos de los que visitaron la torre II de Santiago Dowtown en el centro de la capital. La idea de Fontaine era rediseñar el programa de trabajo de su cartera con un mix de medidas legislativas y modificaciones reglamentarias que apoyarán el crecimiento y la inversión, pero que incorporarán parte de las demandas de los privados.
Finalmente, salió a luz una agenda que entre las medidas legislativas incorporaba iniciativas de su primer paso por Economía que en 2011 -a diferencia de ahora- eran resistidas, como liberar el sistema de cabotaje en Chile o permitir la venta de medicamentos en comercios distintos a las farmacias.
Las paces con Piñera
Su nuevo rol estaba precedido por un buen pasar por el Ministerio de Obras Públicas -que había sugerido las paces con el mismo Piñera-. Durante su gestión se le vio cómodo con las diferentes acciones que llevó a cabo para apuntalar al crecimiento económico como el adelantar los llamados a licitación e inicio de construcción de obras concesionadas por US$ 1.400 millones. Además, instauró una mesa de trabajo con las concesionarias para encontrar una fórmula para bajar la tarifa de los peajes de las autopistas urbana y estaba avanzado hacia el sistema de free flow, que finalmente comenzó a operar en septiembre.
Agenda legislativa
Uno de los frentes activo del ahora exministro Fontaine fue en el Congreso, donde retomó el proyecto ProInversión, previsto para fortalecer la competitividad y productividad. Pero no fue fácil, ya que una vez sorteada la comisión de Hacienda del Senado, en donde logró reponer indicaciones que habían sido rechazadas en Medio Ambiente, en la sala la historia fue distinta.
Tres veces estuvo en tabla sin ser visto y finalmente fue remitido a una comisión que incluye las de Economía y Medio Ambiente para que una vez más se pronunciaran sobre algunos puntos relacionados con centrales eléctricas y la Dirección General de Aguas. Esto supuso un retraso en los avances de esta iniciativa que está en segundo trámite legislativo a la espera de poder pasar a la sala.
Otro flanco fue la puesta en marcha de la Ley de Pago Oportuno, que busca beneficiar a la pequeña y mediana empresa (PYME), asegurándoles la cancelación de sus facturas de venta en un plazo no mayor a 30 días. Si bien a la fecha la norma va en línea con lo previsto por el gobierno, al primer mes de funcionamiento los diversos gremios encendieron luces de alerta por el temor a dos aspectos contemplados en dicha ley: el período de adecuación que brinda la opción de pagar a 60 días hasta febrero de 2021 y la posibilidad de suscribir acuerdos de excepción a mayores plazos. La incertidumbre que en ese momento manifestaron era que con ello se dejaba la puerta abierta para que se transgrediera el espìritu de la Ley.
Durante estos cuatro meses el exsecretario de Estado, centró su discurso y su trabajo en el apoyo al emprendimiento y las PYME. En medio de los convulsionados días producto del estallido del conflicto social de la semana pasada, se mantuvo en completo hermetismo y recién el jueves decidió dar declaraciones a través de la prensa.
En cuanto a las PYME, adelantó que se utilizarán programas de financiamiento a través de Corfo y Sercotec, una vez recabe la información a través del portal Levantatupyme. Pero lo que pudo ser un anuncio potente, para uno de los sectores productivos que más se ha visto afectado, fue finalmente el contexto donde quedó en evidencia la débil posición de Fontaine.
En un primer intento por aplacar la cuestionada frase que dio en televisión al tratar de explicar el alza del pasaje del Metro:"El que madrugue será ayudado", Fontaine dijo entender "perfectamente la molestia que causaron mis palabras de hace un par de semanas atrás. Humildemente, pido perdón".
La prensa insistió con vehemencia sobre su responsabilidad en el descontento social, ante la cual afirmó: "No lo siento así sinceramente. Pienso que la causa de estos desmanes, como el presidente Piñera ha aludido recientemente tienen una raíz profunda que se arrastra desde hace muchos años. Si se trata de asumir una responsabilidad, sí siento que tengo una cuota de responsabilidad en no haber logrado acertar con las medidas necesarias, prácticas y con el sentido de urgencia para atender la tanta necesidad social que todavía está pendiente en el país", concluyó.