Aunque la
actividad emprendedora en el país todavía es dominada por hombres - 2 de cada 3
son emprendedores hombres- la participación femenina cada año aumenta de forma
importante.
De hecho, para 2008 se estima que habrán más de 750 mil mujeres
realizando algún tipo de emprendimiento en Chile, reveló la Tercera Versión del
Global Entrepreneurship Monitor (GEM Mujer), "Mujeres y Actividad Emprendedora
Chile 2007 / 2008", dado a conocer por la Cámara de Comercio de Santiago en una
actividad apoyada por el Programa Chile Emprendedoras.
Este informe
que contiene los resultados del estado del emprendimiento de las mujeres en el
país, es elaborado por la Universidad del Desarrollo y es parte del proyecto GEM
Chile, resultado de la alianza entre las Universidades Adolfo Ibáñez y del
Desarrollo.
Este reporte surge de la iniciativa conjunta del Centro de Estudios
Empresariales de la Mujer ( CEEM de la UDD) y Mujeres Empresarias, además contó
con el apoyo de el Programa Chile Emprendedoras, ejecutado por la Cámara de
Comercio de Santiago con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo
(BID).
Los resultados
de este estudio fueron dados a conocer en la Cámara de Comercio de Santiago
(CCS) por los co-autores Olga Pizarro, directora del CEEM UDD y José Ernesto
Amorós, investigador UDD y coordinador nacional del GEM Chile. Los comentarios
estuvieron a cargo del decano de la Facultad de Economía y Negocios de la UDD,
Cristián Larroulet y por la Vicepresidenta de la CCS, Verónica
González.
Perfil de emprendedoras
A partir de los
resultados del GEM, se puede analizar algunos factores como la edad, el estatus
laboral, el nivel de educación o el nivel de ingresos y cómo éstos influyen en
la actividad emprendedora.
La estructura
de edad de las mujeres involucradas en actividades emprendedoras en etapas
iniciales está mayoritariamente en el rango de 25 a 44 años. No es de extrañar
que la edad promedio suba en cuanto a las emprendedoras en negocios o empresas
establecidas. Así el promedio de las mujeres emprendedoras en etapa iniciales es
de 39,9 años y el de las establecidas de 48,6 años. "Esto se explica porque después de los 40
hay una mayor disponibilidad de tiempo y menores requerimientos familiares, que
liberan tiempo para otras actividades", según explica Olga
Pizarro.
Con respecto a
la educación -factor relevante que suele estar relacionado con la inserción de
las mujeres en el mercado laboral-, en Chile la equidad de género en el acceso a
ésta ha venido consolidándose en la última década.
Una consideración importante
es que mientras las mujeres tienen en promedio 11,8 años de escolaridad, los
hombres estudian 10,7 años (OIT, 2006). En Chile, se muestra a través de este
informe que las mujeres están cada vez más preparadas, lo que puede tener una
incidencia importante en el tipo de negocios o empresas que emprenden o
emprenderán a futuro las mujeres.
La mayoría de
las mujeres emprendedoras tienen niveles medios y medios - bajos de renta y a
medida que la actividad emprendedora se perdura como el caso de las empresarias
establecidas, hay un mayor porcentaje de mujeres con mayores ingresos.
Igualmente hay una relación positiva entre niveles de ingreso y niveles de
educación.
Si se toma como base que una persona con estudios universitarios gana
100, entonces la persona con estudios técnicos recibirá un 50% aproximado de lo
que ganaría si fuese universitario, llegando aun 16,5% en los que sólo tienen
estudios básicos. El 56% de las mujeres emprendedoras en etapas iniciales que
manifiestan seguir una oportunidad de negocio tienen alguna educación posterior
a la secundaria.
Como dato adicional, el 62% de las mujeres emprendedoras en
etapas iniciales están casadas o viven en pareja y este indicador sube al 67,5%
en emprendedoras establecidas, lo que también nos puede dar indicios del soporte
familiar que la actividad emprendedora puede tener en las
mujeres.