Por Víctor Hugo Moreno
“Sin presiones, sin la premura de un proyecto en mano”, esa es la ventaja que a juicio del presidente de la comisión de Constitución del Senado, Felipe Harboe, tuvo la extensa jornada que se vivió ayer en el Salón de los Presidentes del ex Congreso Nacional, con la participación de destacados académicos expertos en la materia. Dicho encuentro fue la culminación de ocho sesiones que llevó a cabo el Centro de Estudios Públicos, en un ciclo de charlas y debates enfocados en los cambios que se avecinan, según lo expresado en el programa de gobierno de Michelle Bachelet, en nuestra Carta Fundamental.
En la reunión que se extendió durante todo el día, expusieron entre otros los profesores Fernando Atria, Patricio Zapata, Arturo Fermandois, José Francisco García, entre otros. Los temas por los cuales transitó la discusión se centraron fundamentalmente en 5 áreas: rol del Estado, descentralización, rol de las instituciones, poder constituyente y la legitimidad de la actual Carta Fundamental de 1980. Hubo espacio para largas reflexiones sobre estos temas, con acuerdos y marcadas diferencias en algunos de los puntos. Respecto a la necesidad de una reforma estructural, se encontraron los primeros matices. Por ejemplo, a juicio de Fermandois, no aprecia que la ciudadanía “culpe de sus problemas a la Constitución”. En ese plano, los más alineados a la idea de La Moneda, expresaron sus argumentos en cuanto a los problemas de legitimidad del actual texto, debido a sus cartas credenciales poco democráticas. Así también, se puso sobre la mesa la idea de la irrupción de una crisis institucional y social, de no llevar a cabo una reforma que sea efectivamente participativa. Otra arista interesante, fue la planteada por el profesor Zapata, sobre cómo se puede amarrar a una generación a un acuerdo constitucional, que probablemente -con el paso del tiempo- ya no ostente legitimidad y representatividad. Se puso, en ese contexto, el caso de Inglaterra, siempre citado como ejemplo de estabilidad constitucional, y los sendos y profundos cambios que ha tenido su Carta Magna en los últimos 10 años.
El senador Hernán Larráin valoró el tenor del debate, pero puso sus límites respecto a los cambios: “se desprende la necesidad de perfeccionar y de incorporar aspectos nuevos, pero no se desprende ni se justifica tener una nueva Constitución”.
Escaso tiempo
El próximo año debería empezar el debate con el impulso del Gobierno. A juicio de Harboe, esto puede ser un tiempo muy breve para revisar el tema, considerando un año efectivo, sin elecciones que le qudaría a Bachelet: “Creo si vamos a iniciar el debate el próximo año y va a estar circunscrito un tiempo largo al mecanismo, eso puede dilatar un tiempo, pero no hay que tener temor a un debate profundo, cualquier texto que emane tiene que ser así”, señaló a la salida del encuentro. Sobre lo mismo el abogado Fernando Atria, también mostró sus dudas respecto a los tiempos: “un gobierno de 4 años es un tiempo breve y lo probable que esa brevedad pueda ser inconveniente”, indicó.