Arribó al gobierno hace casi un mes y ya hizo importantes ajustes a la oficina que ocupaba su antecesor, Álvaro Elizalde, convirtiendo su escritorio de trabajo en una gran mesa para reuniones. Quizás, para cumplir uno de los principales mandatos de la Presidenta en esta nueva etapa: el diálogo. Pero, el vocero de gobierno, Marcelo Díaz, también llegó con más encargos que apuntan no sólo a comunicar, sino a tener un rol más activo en la conducción política de La Moneda. En conversación con DF, el portavoz de Palacio aborda la coyuntura, insistiendo que este mal momento sólo se soluciona, haciendo cumplir el programa.
-Cuando arribó al gobierno, ¿cómo encontró la casa, había mucho desorden?
-Estaba en orden pero le hice algunos ajustes, incluso a esta oficina. Estamos trabajando en poner en marcha las tareas que nos está demandando la Presidenta, del rol de este ministerio, el solamente ser vocero, sino que contribuir a la marcha del conjunto del gobierno y ser muy activo partícipe del trabajo colectivo del comité político.
-¿A qué se refiere con un rol más activo?
-No es en comparación con nada, es una instrucción. Somos ministros políticos a cargo de temas políticos y que también es responsable de las comunicaciones. Recibí la instrucción presidencial de colaborar en el juego colectivo que este gobierno debe desarrollar para empujar la agenda y que ésta se traduzca en medidas que impacten positivamente la vida de los chilenos. Es materia permanente de preocupación de la Presidenta. Ella quiere ver que haya un impacto nítido en la calidad de vida de las personas.
-En la Nueva Mayoría había muchas demandas de cambiar el timón, de mejorar la relación con los partidos, ¿estaban deterioradas las relaciones?
-Es natural que en una coalición que es diversa y que hace de esa diversidad uno de sus activos políticos, haya distintas miradas de cómo hacer las cosas. Lo relevante es que seamos capaces de que esta diversidad se vuelque en energía creativa para avanzar en el programa.
-¿Cómo se mejora el diálogo con los partidos?
-Lo que hemos dicho los ministros del comité político es que el diálogo es un eje rector de nuestra actuación ministerial. Qué significa eso: generar todos los espacios de reflexión colectiva que podamos.
-¿Faltaba diálogo en el anterior gabinete?
-Hablo ahora de lo que nos toca hacia adelante, eso es lo importante. A veces el ruido no permite ver el fondo, impide darse cuenta de lo que estamos enfrentando y eso es hacerse cargo de la verdadera amenaza que hay en el futuro de Chile que es la desigualdad. La sociedades contemporáneas no avanzan con los niveles de inequidad social como los que tiene Chile. Cuando decimos que nos queremos hacer cargo de eso, estamos construyendo condiciones que permitan iniciar un ciclo nuevo que se funde en mayores niveles de equidad. Eso es fundamental, no solamente para el clima social, sino también para el de los negocios.
-¿Cómo se sale del magro escenario de aprobación ciudadana con la que cuenta actualmente la mandataria y el gobierno?
-Le prestamos atención a las encuestas, las miramos, las analizamos. Pero estamos convencidos de que va a ser la marcha de este gobierno, de nuestra agenda, de nuestras medidas que tienen alto impacto en la calidad de vida de nuestra gente, la que nos permitirá recuperar su confianza. Hemos puesto el pie en el acelerador para concretar ese programa y esa agenda, porque es lo que los chilenos esperan.
-Pero el apoyo de las reformas es bajísimo y ahora, por ejemplo, por el proyecto de carrera docente los profesores están en paro...
-Si uno mira el paisaje hay demandas en sentido completamente contradictorio. Hay algunos que no quieren que hiciéramos nada y otros que quieren que hagamos más. La responsabilidad del gobierno es conducir las reformas con sentido estratégico. Asegurar que lo que hagamos se haga sobre la base de mantener los logros que como país hemos alcanzado en el último cuarto de siglo.
-Pero, la Presidenta reconoció que se había perdido la batalla comunicacional en educación, ¿es sólo ese problema o también han existido desaciertos en el diseño de las reformas?
-Estamos trabajando para revertir ese diagnóstico que tiene la Presidenta y eso lo vamos hacer explicando el sentido de las reformas.
-Cecilia Rovaretti dijo en una entrevista: "No sé por qué, pero le creo a la Presidenta". Todo ello en medio de la baja credibilidad en torno a las explicaciones que se han dado ahora último sobre la existencia o no de una precampaña, ¿cómo llega al gobierno esa frase, no sé por qué?
-Nosotros enfrentamos un ciclo largo de deterioro del nivel de confianza de los ciudadanos y sus instituciones que no arranca ni con Caval ni con Penta. Si uno analiza, esto empezó hace diez años. Que se ha visto agudizado, sin ninguna duda, con hechos de esta naturaleza. Y por eso cuando se observa eso y uno tiene la responsabilidad de gobernar Chile y como dijo la Presidenta, el gobierno no está para llorar ni lamentarse, sino que para mejorar las cosas, y eso se hace mediante una agenda de probidad, que estamos convencidos que va en la dirección de construir instituciones más sólidas y transparentes que tengan las herramientas suficientes para recuperar la confianza de la gente, no para ella, sino que para el país
Las alarmas de los empresarios
-Desde el empresariado hay incertidumbre por la poca claridad que hay en torno a las reformas y en particular, por ejemplo, a los cambios que vienen en el derecho de propiedad y cómo esto puede afectar las inversiones.
-Estuve un año en Argentina y puedo decir con mucha claridad que afuera de nuestras fronteras nuestro país es visto como un país serio, responsable, con un poder judicial independiente que da garantías para que la inversión se lleve adelante. Ahora, con todo eso, sabemos que los procesos de reformas generan incertidumbres, generan ansiedades, y estamos reforzando los espacios de diálogo para explicar las reformas, sus sentidos y sus alcances de manera tal de disminuir esos niveles de ansiedad.
-Esa incertidumbre es porque dicen aún no sabe el contenido de la nueva Constitución...
-Nosotros tenemos un patrimonio como coalición, que hemos generado en buena parte de este último cuarto de ciclo. Tenemos prestigio ganado respecto a nuestro manejo sano de la economía y las finanzas públicas y eso ha sido ratificado por el ministro Valdés y por todo el gabinete. Hemos dicho que es un foco prioritario fortalecer nuestra capacidad de crecimiento, pero un país puede y debe, al mismo tiempo que hace o mantiene esta sana doctrina de su conducta económica, hacerse cargo de los problemas que enfrenta. El debate de la nueva Constitución tiene que hacerse cargo de generar un nuevo ciclo fundado en la confianza, con un país que siente bases de un desarrollo más inclusivo.
-Pero, ¿cómo se aborda esta sensación marcada por el empresariado de incertidumbre jurídica?
-Ellos plantean sus puntos de vista y nosotros estamos dispuestos a tener los espacios para explicar el sentido y los alcances de las reformas. Por ejemplo en la reforma laboral, buscamos ponernos a tono con las mejores prácticas de la OCDE, que pone como referencia la necesidad de construir reglas del juego laboral que garanticen una mejor relación entre empresarios y trabajadores. Hemos dicho que ese debate tenga plazos y tiempos acotados, porque sabemos que las reformas generan ansiedad. El tema es si somos capaces de administrar esas ansiedades de manera coherente con los desafíos económicos, pero también los que tenemos como sociedad.
"No nos corresponde emplazar a nadie"
-El presidente del PPD, Jaime Quintana, expresó su molestia con el actuar del gobierno el que, a su juicio, ha dejado solo al ex ministro Rodrigo Peñailillo, ¿cómo se toma el gobierno esta actitud pública expresada por el senador que generó fricciones en el oficialismo esta semana?
-Es un hecho, hemos tenido, y voy a parafrasear al senador Quintana, un momento incómodo, pero todos los que estamos en política sabemos que son momentos que pueden ocurrir, que pasan, pero tenemos la sabiduría y la capacidad de superarlo, y eso es lo que va a ocurrir. El PPD es un partido comprometido con la agenda del gobierno y ha sido gran aporte al desarrollo de la gestión. Quintana es un dirigente con mucho compromiso y no me cabe duda que todos vamos a hacer los esfuerzos que haya que hacer para retomar el curso normal de las cosas.
-Pero, ¿cómo se soluciona cuando hay dos bandos en la NM, quienes emplazan al ex ministro a hablar y el PPD que alega poco apoyo?
-A nosotros como gobierno no nos corresponde emplazar a nadie. Lo que la Presidenta ha hecho es decir la verdad, las cosas como son. Pero no somos nosotros los llamados a calificar ni a emplazar a nadie. Aquí, lo que hay que poner en el centro es que los chilenos quieren que gobernemos que nos hagamos cargo del problema. Esa es la tarea del gobierno. Es sano que haya debate, pero creo que todos sin excepción, y eso ha sido parte de las reflexiones del comité político, es que al mismo tiempo de ocuparnos de la coyuntura, no perdamos de vista que el foco que está en gobernar, la gente nos va a juzgar por eso.
-Pero es difícil abstraerse de la coyuntura si todos los días aparecen antecedentes nuevos...
-No somos nosotros lo que hablamos todos los días de eso. Las cosas tienen su curso y espacio de desarrollo, en lo que son asuntos de investigación están radicados en el Ministerio Público, que trabaja con total independencia y autonomía. Serán los tribunales los que se pronuncien. Y por otro lado está la agenda de transparencia que está liderando la propia Presidenta.
-Quintana se molestó también porque entendió que el comité político del lunes iba a hacerse para aclarar posturas, pero finalmente el fondo del encuentro fue para ver la agenda legislativa...
-También hablamos de agenda, porque este nuevo ciclo hay que organizarlo. Tenemos más de 150 proyectos potenciales para ser despachados este año, esto exige un trabajo legislativo enorme para sacar adelante esa batería de proyectos.