Por Claudia Rivas Arenas
La semana pasada, el ministro de Interior, Rodrigo Peñailillo, reiteró que no se harán modificaciones al redistritaje establecido en el proyecto de cambio al binominal. En Renovación Nacional, señalan que si se refiere a la agrupación de distritos, aún se podría conversar; pero si su comentario apunta a la asignación de escaños en los distritos, entonces, se hace casi imposible un eventual acuerdo, porque ahí “hay criterios que son arbitrarios”, sostiene uno de los expertos de RN que ha trabajado en las propuestas y simulaciones que ha hecho la colectividad, Tomás Duval.
Sin embargo, si tal como lo anunció el viernes el independiente ex RN Antonio Horvath, tras reunirse con Peñailillo, vota con el gobierno, el proyecto podría aprobarse sin la necesidad de alargar las negociaciones con RN, salvo que algún parlamentario de la Nueva Mayoría se saliera de la fila.
En RN insisten en que tienen la disposición para cambiar el sistema electoral, pero que el proyecto en tramitación mantendría los defectos del binominal, pero esta vez a favor de la Nueva Mayoría, porque no aumentaría significativamente la proporcionalidad –aunque admiten que éste mejora considerablemente respecto del actual instrumento- y desigualdad del voto. Algo que comparten en la UDI, que históricamente se ha opuesto a cambiar un mecanismo que desde el oficialismo insisten en que los ha subsidiado, desde el regreso a la democracia.
Por otra parte, en ambos partidos coinciden en que los distritos impares “facilitan la entrada de las fuerzas de izquierda que no tienen muchos votos, por lo que de otra forma no accederían a representación parlamentaria”. Un experto de RN explica que tras analizar concienzudamente el modelo del Ejecutivo, se llegó a la convicción de que “hay asignaciones de escaños arbitrarias. Ese sería el caso de los distritos de regiones extremas a los que se les ha asignado 3 diputados, lo que no correspondería “ni por territorio ni por número de electores”. Otro ejemplo que para RN resulta “emblemático” es el del nuevo distrito 4 que con 221.000 electores elegiría 5 diputados; mientras que el 2 con 222.000, elegiría 4.
En cuanto a los senadores, el principal problema que perciben en RN es que la propuesta se vuelve confusa y provoca distorsiones al mezclar los criterios de territorialidad y proporcionalidad del voto, a través del número de electores.
Mientras que según los estudios de la UDI, en materia de igualdad del voto, el proyecto del Ejecutivo tampoco cumpliría su cometido, ya que según explica el diputado Arturo Squella la desigualdad del voto se mide entre los extremos, por lo que se puede graficar tomando el distrito más chico, Aysén de 90.000 electores –que queda igual-, con el más grande, el actual distrito de Maipú (20) con 930.000 electores –que se junta con Pudahuel en la propuesta del gobierno-. El primero elegiría 3 y el segundo 8 diputados. Así, en la iniciativa la desigualdad del voto llega al 3,8 %. Por lo que tampoco se cumpliría la aspiración del gobierno de hacerlo más igual.