Francisco Vidal: “Fue un error armar ese equipo de Peñailillo que actuó previo a la campaña y fue un error esa forma de financiamiento”
Dice que el ex titular de Interior debió haber transparentado todo desde un comienzo y afirma que si así hubiese sido, quizás todavía seguiría en el gabinete.
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Es "bacheletista a ultranza" -como él mismo se denomina- y compañero de partido del cuestionado ex ministro del Interior Rodrigo Peñailillo.
El otrora vocero de gobierno, Francisco Vidal, analiza con DF lo que llama "el peor momento de la política chilena".
-¿Cómo ve este manto de duda que se ha instalado en torno a la figura de la presidenta Michelle Bachelet a propósito de la precampaña?
-La Presidenta decidió volver en enero o marzo de 2013, entonces claramente no hubo una precampaña desde el punto de vista de la Presidenta, pero sí hubo un equipo que pretendió preparar el terreno. Lo hubo, yo conozco a todos los que están ahí, que se adelantaron anticipando que Bachelet diría que sí.
-¿Entonces en el PPD había conocimiento de estos viajes que hacía Peñailillo a Nueva York?
-Ahí creo que hay que ser justo: los partidos no tuvieron nada que ver en la precampaña.
-Parece poco creíble que ningún partido haya tenido que ver con la precampaña de quien todos querían que fuera la candidata de la coalición.
-Se lo digo directamente, con conocimiento, porque yo era miembro de la comisión política. No fui a NY, pero sé de amigos que fueron a conversar con ella. Y Bachelet, en el segundo semestre de 2012, todavía no estaba segura y siempre hablaba de buscar nuevos liderazgos. El absurdo es que paralelo a ello, Peñailillo se movía como generando las bases por si ella finalmente decidía que sí.
-¿Eso fue un error?
-Sí, se adelantaron mucho. Fue un error armar este equipo de Peñailillo que actuó previo a la campaña y fue un error esa forma de financiamiento.
-¿Y ese error se está pagando hoy día en términos de la imagen del gobierno y de la Nueva Mayoría?
-Obvio que sí, porque al final con lo que se queda la gente es que Peñailillo hizo una máquina para robarse la plata y que le paguen el pasaje parece un escándalo. ¿Y cómo iba a ir entonces? ¿a dedo? Peñailillo es un cabro sin recursos.
-¿Le parece que se está dejando a Peñailillo como chivo expiatorio, como dijo el ex ministro Sergio Bitar?
-Sí, y hay algo de eso que no me gusta. Es evidente que Rodrigo Peñailillo tiene que dar explicaciones de su relación con Martelli y de esta especie de mini equipo en el período previo a la campaña. Pero hay que colocarlo como una cosa natural, no como un ultimátum. Entonces de repente el tono es de ultimátum y eso me molesta.
-¿Se refiere al tono que ha empleado la mesa del PPD para referirse a Peñailillo en los últimos días?
-Claro.
-Entonces, ¿no está de acuerdo con este giro de la directiva de su partido, que luego de apoyar férreamente a Peñailillo cuando estaba en el gabinete, ahora pide que sea él mismo quien dé las explicaciones por lo que hizo antes de la campaña?
-No me gusta, no es una buena conducta, así de franco. Porque que el partido diga públicamente que Peñailillo tendrá que dar explicaciones -cuando es evidente que eso es lo que tiene que hacer- tiene el trasfondo como de desligarse. Y ni en la vida ni en la política me gusta pasar del amor al odio en cinco segundos.
-¿Sería positivo que el ex ministro dé las explicaciones correspondientes lo antes posible como para no seguir generando esta tensión?
-Nadie tiene claro el rol que tuvo Peñailillo antes de la campaña, porque todavía falta que él hable. Yo tengo una diferencia con el ex ministro. Creo que el gran error de Peñailillo fue no haber dicho, desde el primer día, todo lo que hicieron: "fui y me pagaron los pasajes y el celular, porque creía que era mi tarea política". Y punto.
-Si Peñailillo hubiese transparentado todo desde un comienzo, ¿podría seguir en el gabinete?
-Es posible. Porque todo esto se mezcló: su labor en Interior con el tema con Martelli.
-En el sentido que plantea de transparentar todo de una vez, ¿respalda que desde la propia Nueva Mayoría estén reconociendo que hay precampaña, como lo hizo la presidenta del PS Isabel Allende, asegurando que "todos han sorteado la ley"?
-¿Cómo le llamaremos en 2018 a esto de que Walker recorra el país porque quiere ser el candidato de la DC en la primaria de la Nueva Mayoría? ¿O ME-O recorriendo Chile y fuera de Chile todos los días y en todos los diarios? Piñera tiene una fundación, Avanza Chile; y Velasco anda en las mismas, claro que quedó con dolor de guata después del almuerzo de 20 millones. Pero, ¿cómo se llama eso?: precampaña. Entonces, hay una cierta hipocresía del porte de una catedral. El error de la Isabel Allende es universalizar, porque hay gente que se acogió estrictamente a los períodos legales.
-Y si parece tan obvio que siempre ha existido precampaña pese a que no está contemplada en la Ley, ¿por qué justo hoy es tan polémico?
-Estamos metidos en un enredo un poquito forzado donde el tema central del grupo Martelli-Peñailillo, por llamarlo de alguna manera, es el financiamiento. Tanto en la forma como en el fondo. En la forma, si hubo o no delito tributario. En el fondo, si era bueno armar ese pre equipo con platas del yerno de Pinochet o de Angelini.
Un "desafío sideral"
-¿Cómo afecta a la imagen de la Nueva Mayoría el fuego amigo entre su partido y el PS?
-Esas opiniones un poco odiosas de Camilo Escalona tienen que ver con la disputa eterna entre la vieja Concertación y de la nueva Nueva Mayoría, que es respecto del ritmo y profundidad de las reformas. Eso nos va a acompañar siempre. Solamente dañan la política y por algo estamos en el 3% de confianza. Y si a eso se le agrega el resto de las circunstancias, este es el peor momento de la política en Chile desde el punto de vista de la confianza de la ciudadanía. Por eso el desafío del gobierno es sideral.
-¿Y el gobierno está en condiciones de poder superar este "peor momento de la política chilena"?
-Sí, vamos a salir adelante. El problema es que todos los logros del gobierno se tapan por el celular de Martelli y de Peñailillo. Todo ese tema ensucia la gestión del gobierno. Duró un día la ayuda a 300 mil pensionados que aumentarán sus ingresos en un 5%, duró un día que en 3 años el 93% de los apoderados dejarán de pagar el copago. Hay que despejar esto y rápido. Pero hasta que no tengamos la arista judicial es difícil despejar el panorama político.
-¿Cómo afecta todo esto a la credibilidad de la Presidenta?
-La afecta, sin duda, y se refleja en las encuestas. De aquí al final del gobierno eso puede revertirse. Ya le pasó en el gobierno anterior: en 2007 tenía un 35% y salió con un 81%. Si se hacen las cosas bien, ¿por qué no pasaría lo mismo ahora?