Cómo ser rastreador de casos Covid-19
Las personas que rastrean los casos de coronavirus se capacitan para hacer seguimientos tanto a los pacientes que dan positivo, como a sus posibles contactos. En Chile hay alrededor de 6.800 sujetos haciendo esta labor.
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Encontrar información sobre cómo ser trazador de Covid-19 no es tan fácil. Luego 30 minutos de búsqueda online, encontré el curso Seguimiento de Casos y Contactos Covid-19 que da la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile en conjunto con otros planteles del país. En mayo y junio no era necesario tener el certificado para hacerlo, pero hoy sí lo es. En todo caso, hay otro curso que está disponible en Coursera, que ya tiene más de 3.400 chilenos inscritos y está aprobado por la Johns Hopkins University, desarrolladores de la idea y los contenidos. Si bien para varias enfermedades infecciosas se realiza este método, esta es la primera vez que se hace de forma tan masiva.
Hay poca información sobre qué hacen, qué requisitos se deben cumplir, por lo que decidí hacer el curso de la Universidad de Chile. Inscribirse es muy fácil. Es un curso que dice durar 10 horas, pero que logré hacer en un poco más de cinco horas, tiempo en el que hubo al menos 40 personas más conectadas a la plataforma. Al terminar obtuve mi certificado descargable.
¿Qué hace el rastreador?
Su principal objetivo es detener la cadena de contagios, identificar a las personas que tuvieron contacto con alguien con PCR positivo -test para ver si el Covid está activo- y notificarlos para que hagan cuarentena. Además, hay que llamarlos a diario para saber su evolución de síntomas, si necesitan ayuda con algo y guiarlos durante el confinamiento.
Una persona que da PCR positivo y tiene síntomas es infecciosa desde dos días antes de tenerlos, y puede serlo hasta dos días después de que desaparezcan. Sin embargo, los asintomáticos también contagian. Todo aquel con el que estuvo más de 15 minutos cara a cara, dos horas seguidas con la persona o en transportes a menos de un metro, es llamado "contacto". Estos pueden volverse un vehículo para seguir propagando el virus y ser positivo. La misión del rastreador es detenerlo.
El certificado es el punto de partida. No es nada difícil obtenerlo, y luego hay que postular para ser parte del equipo de la Seremi de Salud o de alguna Cesfam para comenzar a operar. Durante el trabajo hay que tener varias cosas en mente: se debe calcular cuándo se contagió, su periodo infeccioso, notificar y seguir a todos con quien mantuvo contacto, pero además, hay casos que se deben derivar para que le den ayuda médica, psicológica, ver el tema de las licencias médicas, responder sus preguntas y ser un apoyo emocional. Según la subsecretaria de Salud, Paula Daza, la primera llamada a un caso positivo puede durar hasta 40 minutos.
De acuerdo a la funcionaria de gobierno, luego de tener el certificado y postular, los trazadores pasan por una entrevista en la que se evalúa si realmente son capaces de realizar la labor. "La contención es fundamental porque hay casos en que las personas pueden estar solas, tener temores o no tener conocimiento de su condición. Es un rol muy estratégico donde también debe ser acucioso para rescatar la información", afirma Daza.
Además, indica que hay dos tipos de trazadores: los de los call center de las Seremis de Salud y los de atención primaria. En ambos siempre hay un supervisor a cargo. Si bien no es requisito ser del área para ser trazador, muchos de ellos sí lo son, como dentistas, kinesiólogos u otras especialidades.
La subsecretaria de Salud afirma que en el país hay 6.800 trazadores y que se necesitan 11 por cada 100 casos de Covid-19 activos. Como hoy hay 15.000 casos activos se debería tener alrededor de 1.400 trazadores, por lo que hay muchos más de los necesarios. Dice que lo importante es la distribución a lo largo del país y que se fortalezcan en regiones donde ha aumentado el número de casos. Además, indica que los pagos dependen de cada Seremi, pero que son más altos en lugares donde es difícil encontrar trazadores, como por ejemplo Magallanes donde el monto acordado bordea los $725 mil líquidos.
Apoyo psicológico
En el curso dicen: "Quienes hacen el seguimiento de casos son detectives, investigadores, trabajadores sociales y terapeutas".
Felipe Espinoza (25) trabaja como periodista en una empresa con alrededor de 900 trabajadores, en la que tuvo que rastrear durante la etapa de más altos contagios. Junto con cinco personas, recibió recomendaciones de un equipo de infectólogos para hacer el trabajo. Llamaba a diario a los contagiados y contactos para saber de la evolución y mantener la trazabilidad dentro de la empresa.
Sin saber nada al respecto y sin certificado, trabajó en base a cuestionarios por varios meses hasta las 11 de la noche e incluso sábados y domingos porque el resultado del PCR puede estar listo en cualquier minuto. Cuenta que hubo un trabajador que se contagió junto a su esposa, quien estuvo con varias complicaciones: su hermana se infectó, y su papá también. "Este último, lamentablemente murió", cuenta el periodista. Espinoza tuvo que contener a personas que lloraban y hacer el papel de psicólogo, sin estar preparado para ello. "Es una labor para la que nadie nos capacitó y fue difícil porque ninguno es profesional con herramientas de contención. Fue bien complejo", afirma Espinoza.
El curso
Son 30 clases y pruebas para cada una de ellas, además de un cuestionario final. Cada evaluación la puedes hacer las veces quieras hasta aprobarlo. Hubo más de una pregunta que reprobé, una de ellas que planteaba un caso en la que te hacían calcular el tiempo infeccioso de una persona: "Lucía vive con sus dos hijos y su mamá. La mamá de Lucía tuvo Covid-19 y dejó de tener síntomas el 28 de mayo. El 27 de mayo consultó en la urgencia por tos seca y mucha cefalea y que habían partido muy suaves el 25 de mayo. A Lucía le tomaron un PCR el día 27 de mayo, y posteriormente le señalaron que tenía Covid. ¿Hasta cuándo tiene que estar en aislamiento?" Repetí el test hasta tener luz verde.
Hay pruebas de una pregunta y otras de hasta cinco o seis, pero ninguna es de tan alta dificultad. La evaluación final consta de 40 preguntas y necesitas un 75% positivo para obtener el certificado. Todo esto en un plazo máximo de siete días desde la inscripción.
Hay seis módulos que abordan diferentes temas. Te instruyen en qué es el coronavirus, cómo son los contagios y los periodos infecciosos, cómo hacer seguimientos, el código de ética, la ayuda de la tecnología, habilidades para comunicar, cómo funciona la autoridad sanitaria. Además, ya en los módulos más avanzados, te muestran ejemplos de cómo llamar y qué hacer frente a problemas como diferencias de idioma, o cuando no te quieran compartir los números de contacto de sus conocidos con quienes estuvo un caso positivo.
Me enseñaron que hay seis pasos a seguir para investigar: el primero es presentarse y corroborar datos, luego indagar para estimar fechas del periodo infeccioso, después identificar contactos, dar instrucciones para hacer el aislamiento, iniciar el seguimiento e implementar un plan comunicándose regularmente con la persona.
Terminé el curso aprobando con un 84% en la prueba final y pude descargar el certificado en menos de un minuto. Tener esto significa que ya puedo unirme a los equipos para comenzar a trazar los casos de Covid-19. En todo caso, esto no termina ahí. Se está realizando una segunda parte, el curso Salud Mental para Trazadores en Covid-19, el que requiere como prerrequisito terminar el de seguimiento. Ya tienen más de 14 mil solicitudes.
Antes del certificado
Anastasia Belloni es (26) chilena pero vivió casi toda su vida en Rusia. En 2011 llegó a Chile y se tituló como directora de Cine, pero por la pandemia buscó otras oportunidades laborales.
Por medio de una cadena de Whatsapp le llegó un link que decía que la Seremi estaba buscando personas para hacer seguimientos. Anastasia postulóm y el 29 de mayo la llamaron: le solicitaron sus documentos y currículum, y el 2 de junio empezó a trabajar. No tuvo que realizar ningún curso. Al llegar le entregaron un documento con las instrucciones e información. Luego le dieron una planilla excel con todas las preguntas y un guión. Además, una tabla con todos los casos y los números de contacto para llamar. Al comienzo eran listas de 10 personas al día, pero a fines de junio llamaba a cerca de 60. Cuenta que en general los contactados eran muy abiertos y que, pese a la gravedad de la situación, hubo pacientes con humor. "Llamé a un hombre y le pregunté si tenía tos, pero me respondió que no. Por detrás escuchaba la señora que gritaba atrás: sí, sí tiene. Cosas así me pasaron varias veces", afirma Belloni.
En otras situaciones, algunos contagiados le decían que ya se habían recuperado y cumplido las cuarentenas. Eso, supo después, en varios casos no era real.
Luego de un mes renunció ya que en la oficina trabajaban más de 100 personas y además, con los traslados en transporte público quedaba muy expuesta a los contagios.
Un dispositivo rastreador
Si bien el empleo de trazador ha dado muchos puestos de trabajo, ya están llegando los avances tecnológicos a Chile. Workforce Solutions trajo el dispositivo CoronaTracer de Holanda y la empresa ya está en conversaciones con grandes firmas como Codelco, para implementarlo con sus trabajadores.
Según Federico dos Reis, CEO de Workface Solutions, esto permite seguir una trazabilidad completa, pero manteniendo la privacidad ya que no funciona con GPS, sino que con sensores del tamaño de una caja de fósforos, que al estar dos personas a menos de un metro y medio, queda registrado en ambos dispositivos que estuvieron a menos de esa distancia mínima. Para cada empleado se debe tener un aparato que viene con batería propia y que se activan por movimiento, donde la batería dura hasta 12 meses.
Los sensores deben ser comprados por cada empresa o institución y el costo varía según el volumen entre 22 € y 25 € por dispositivo. Estos vienen con acceso a una plataforma y una aplicación de lectura de la trazabilidad, que termina haciendo el trabajo del "rastreador".