La estrategia de la UC para liderar en patentes y crear empresas basadas en conocimiento
El director de la DTD afirmó que la creación del área de transferencia y desarrollo hace una década les permitió multiplicar las patentes, licenciamientos y spin off. En los próximos 10 años, la universidad potenciará la investigación aplicada en humanidades, artes y ciencias sociales y espera duplicar las firmas surgidas bajo su alero.
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En 1978 la Universidad Católica (UC) solicitó la primera patente de invención. Y en 2014 creó la Dirección de Transferencia y Desarrollo (DTD), para impulsar la innovación basada en ciencia y la creación de empresas spin off -que surgen de una investigación- y dar una institucionalidad a los temas de propiedad industrial.
Como director de la DTD asumió el ingeniero civil industrial de la Universidad Técnica Federico Santa María, Álvaro Ossa, con el fin de diversificar la investigación aplicada que estaba radicada en ingeniería, facilitar la vinculación con la industria y otras instituciones, y generar incentivos y reglamentos para movilizar la transferencia de las investigaciones académicas al mercado.
A 10 años de la creación de la DTD, la UC pasó de tener 240 solicitudes de patentes, 12 spin off, principalmente en ingeniería, y 10 licenciamientos a terceros en 2014, a 1.100 solicitudes de patentes, 174 licencias y 35 spin off en cinco áreas -ingeniería, medicina, ciencias biológicas, arquitectura y ciencias sociales- en 2024. Y para la próxima década ya hay metas: “Duplicar las spin off, triplicar su valor e impulsar las humanidades, artes y ciencias sociales”, afirmó Ossa.
Al comienzo, comentó, la comunidad académica tenía poco conocimiento de los temas asociados a transferencia, había poco financiamiento -público y privado- para emprender en la universidad y pocos incentivos internos. Tampoco existían normas claras que definieran, por ejemplo, si los investigadores podían participar en la propiedad de una nueva empresa.
Para abordar estos problemas, en 2014 elaboraron un reglamento -hoy en revisión- que, entre otros, establece reglas, condiciones e incentivos para la creación de spin off. “Se ha avanzado, pero falta agilizar por ejemplo, el proceso legal para constituirlas, todavía es burocrático y un poco costoso”, dijo.
También destacó avances en el número de académicos dedicados a investigación aplicada, participación de mujeres, que pasó de 15% a 40%, y un aumento de las áreas de la UC que están innovando.
“Cuando partimos, un 11% de la comunidad académica se vinculaba a estas materias y hoy un 20%, en línea con universidades internacionales como Oxford o Harvard, donde un 20% se dedica a estos temas y el 80% a investigación básica”, dijo.
Álvaro Ossa, director de Transferencia y Desarrollo de la UC.
Para fomentar la innovación más allá de la ingeniería, la UC se propuso potenciar áreas donde veía potencial como la biomedicina -que hoy concentra el 50% de las solicitudes de patentes- y las ciencias sociales, principalmente en educación.
“Hoy, en el ámbito de educación, tenemos, videojuegos, juegos de tablero, software, test de evaluación diagnóstica, se está mejorando la educación de los niños y niñas, no solo en Chile”, dijo Ossa.
También destacó la interrelación entre facultades para llevar investigación al mercado. “Un ejemplo es un test de autodiagnóstico de mamas, que resultó de una interacción de diseño -donde surgió la idea- con medicina”.
Ciencia y conocimiento
Para esta nueva década, la DTD ya tiene una estrategia y objetivos: duplicar la cantidad de spin off basados en ciencia y conocimiento, triplicar su valor, diversificar sus áreas y “generar un impacto nacional, pero también internacional”, afirmó Ossa. Pero no solo de aquellos de base científico tecnológica, sino también en ciencias sociales.
“Queremos contribuir a mover la economía del país en torno a la creación de emprendimientos de base científica y tecnológica, pero también queremos fortalecer las áreas del conocimiento, las ciencias sociales, artes, humanidades y educación. Ahí queremos crecer con fuerza, es un ámbito donde la universidad tiene mucho potencial y donde existe mucha necesidad a nivel país y latinoamericano”, afirmó Ossa.
Hasta ahora, la UC ha trabajado principalmente en educación, pero en esta nueva etapa se apuntará a fomentar la transferencia en humanidades, artes y ciencias sociales, “lo que se conoce como HACS. Es aquí donde queremos potenciar la innovación basada en ciencia en los próximos 10 años”, dijo Ossa.
Este martes, la UC celebra el Día de la Propiedad Intelectual, y por noveno año consecutivo, lidera el ranking del Instituto de Propiedad Intelectual (Inapi) en número de solicitudes de patentes.
“En Chile las universidades hemos tomado un rol protagónico y eso habla muy bien de este entorno, pero, personalmente espero que en los próximos años eso se revierta y sean las industrias las que estén a la cabeza”, comentó Ossa.
Proyecto de ley
Respecto del proyecto de ley de transferencia tecnológica que recientemente ingresó el Ejecutivo al Congreso, señaló que es una “muy buena ley” porque “pone sobre la mesa un tema muy relevante para una industria del conocimiento que es donde nos queremos mover como país”.
No obstante, señaló que “es muy declarativo”, porque “no establece cosas muy concretas, por lo tanto, vamos a tener que estar muy atentos al reglamento que regule esto para que no establezca trabas, sino más bien agilidad en creación de empresas”.