Tras meses de advertencias, declaraciones y suspensiones (ver recuadro), finalmente la ofensiva arancelaria de la administración Trump llegó. El pasado martes 4 de marzo esa estrategia se intensificó con la entrada en vigor de gravámenes de 25% a los productos provenientes de México y Canadá que ingresen a Estados Unidos. Aunque dos días después esta medida fue suspendida hasta abril, la incertidumbre se instaló en el comercio internacional.
China no corrió la misma suerte de los vecinos de EEUU y su tarifa aduanera para ingresar productos a ese mercado aumentó al 20%, duplicando la carga impuesta el pasado 4 de febrero. La respuesta desde Beijing fue aplicar más aranceles -del 10% y 15%- a productos agrícolas estadounidenses. Además, se detuvieron las importaciones de madera y se retiraron permisos para exportar soja a empresas con base en ese país.
“China no tolera la hegemonía, ni el acoso. Si Estados Unidos insiste en tácticas de máxima presión contra China, ha elegido al oponente equivocado”, advirtió el portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores chino, Lin Jian.

Desde la embajada de China en EEUU, advirtieron que “si lo que Estados Unidos quiere es guerra, ya sea una guerra arancelaria, una guerra comercial o cualquier otro tipo de guerra, estamos dispuestos a luchar hasta el final”.
Canadá también respondió a Washington con gravámenes a más de 1.200 productos, por un total de US$ 20.750 millones, y anunció que si su vecino no retira los aranceles en los próximos 20 días, la medida se extenderá a otros
US$ 125.000 millones. “Trump quiere que la economía de Canadá colapse para anexionarnos”, acusó el primer ministro canadiense, Justin Trudeau.
Suspensión para los vecinos
Sin embargo, el jueves el secretario de Comercio de EEUU, Howard Lutnick, anunció que los aranceles serían suspendidos hasta el 2 de abril, cuando comenzarán a regir los aranceles recíprocos. Posteriormente, la Casa Blanca detalló que la suspensión aplica únicamente a los productos que están en el Tratado de Libre Comercio T-MEC.
El anuncio le dio un respiro a Canadá, pero persiste la preocupación en un país donde el 76% de sus exportaciones tienen como destino a EEUU. Los aranceles provocarían un recorte entre dos a cuatro puntos del PIB, ocasionando la primera recesión canadiense en 16 años.
Más al sur, Claudia Sheimbaum, presidenta de México, fue la primera en conseguir la prórroga de un mes. “México no tendrá que pagar aranceles sobre cualquier cosa que esté bajo el acuerdo T-MEC. Esto será válido hasta el 2 de abril”, comentó Donald Trump en su red social Truth Social.

A diferencia de sus pares de Canadá y China, la líder mexicana mantuvo la calma tras las imposiciones de aranceles y aclaró que su país vive “momentos muy definitivos”. De esta manera, Sheimbaum negoció con Trump antes de anunciar una respuesta, medida que resultó exitosa para uno de los principales socios comerciales de Estados Unidos.
Respiro al sector automotriz
Pero estas no fueron las únicas concesiones que otorgó Washington, pues Trump se reunió el miércoles con los altos ejecutivos de General Motors, Stellantis y Ford Motors para hablar sobre el impacto en la industria automotriz. La reunión logró que la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, anunciara la exención arancelaria de un mes para los autos y camiones que cumplen las normas del T-MEC.
Sin embargo, el miedo persiste luego que se confirmara que los aranceles recíprocos regirán desde el 2 de abril. Esto supone una amenaza a la industria, donde ya adelantaron que las tarifas elevarían un 25% el precio de los vehículos.

Señales siembran el nerviosismo en torno a la agricultura y el cobre de Chile
La ofensiva arancelaria encabezada por el Presidente Donald Trump se tomó la agenda mundial, de lo cual Chile no quedó exento. Este miércoles se anunció que, a contar del próximo 2 de abril, se implementarían nuevos gravámenes que impactarían al sector agrícola, encendiendo las alarmas en La Moneda.
Las señales se suman a las amenazas arancelarias formuladas hace un mes para el cobre, manteniendo a autoridades e industria siguiendo de cerca los pasos de la administración Trump.
“A los grandes agricultores de Estados Unidos: prepárense para empezar a producir muchos más productos agrícolas para vender DENTRO de Estados Unidos. Los aranceles se aplicarán a los productores externos el 2 de abril. ¡Diviértanse!” posteó el Presidente Trump en su red social, Truth Social.
Este anuncio alertó a las autoridades y a la industria agrícola chilena que tiene como segundo principal destino suelo estadounidense, con el 20% de los envíos. La Casa Blanca no ha especificado de cuánto sería el gravamen ni tampoco los países afectados, pero bastó para sembrar el nerviosismo. Ayer el Gobierno se reunió con los principales representantes de la industria para establecer una mesa de trabajo y monitorear los eventuales impactos.
El presidente de la Federación de exportadores de Fruta (FedeFruta), Victor Catán, se mostró confiado en que los aranceles no se materializarán debido a que el comercio bilateral con EEUU cuenta con otras herramientas que pueden ser utilizadas para controlar la entrada de fruta y agregó que de implementarse la medida “los principales perjudicados serían los consumidores estadounidenses”.
Las exportaciones agrícolas en 2024 alcanzaron los US$ 13.574 millones. De esto, US$ 2.661 millones tuvieron como destino EEUU. Con los anuncios, el subsector más afectado sería la fruta, que el año pasado exportó US$ 2.124 millones a EEUU.
Según el Servicio Nacional de Aduanas, en 2024 los productos agrícolas más exportados fueron la uva con US$ 891 millones (FOB), seguido por los arándanos con US$ 285 millones (FOB) y las mandarinas y clementinas con por US$ 198 millones (FOB).
Desde el Gobierno ya adelantaron que buscarán nuevos destinos para las exportaciones para enfrentar los impactos y en India se buscarían firmar acuerdos comerciales para exportar fruta.
Catán indicó que pese a la diversificación que experimenta la industria las últimas tres décadas, el mercado estadounidense sigue siendo muy importante, por lo que la imposición de aranceles “le haría un tremendo daño a la fruticultura nacional”.
Las amenazas al cobre
Los nuevos anuncios de gravámenes reavivaron el temor a que la medida se extienda al cobre. El martes, tras el anuncio de nuevos aranceles, el valor del mineral rojo tuvo un alza de 2,8%, producto de una ola de compras especulativas ante el temor de un incremento en los precios.
La administración Trump ha estudiado imponer aranceles, tal como lo hizo semanas atrás al aluminio y el acero, afectando tanto a países aliados como a los que no son afines. “Hay una señal preocupante, los tratados comerciales que fueron firmados pareciera ser que están pasando a letra muerta con argumentos que no tienen mucho asidero económico y creo que también es una señal”, aseguró Sergio Lehmann, economista jefe del BCI.
Según datos de ProChile, EEUU es el segundo principal destino del cobre chileno, con el 11,35% de las exportaciones.
“Si bien la racionalidad económica detrás de la imposición de aranceles es limitada, la posibilidad no puede descartarse completamente en un contexto de tensiones comerciales o bajo una administración con políticas proteccionistas”, aseguró el Gerente de Estudios de la Sonami, Reinaldo Salazar.
Una eventual imposición de aranceles afectaría más EEUU, según el Servicio Geológico de EEUU, que precisó que en 2024 Chile representó el 64% de las importaciones de cobre refinado. “El impacto sobre la producción sería mínimo, dado que la demanda de cobre es altamente inelástica al tratarse de un insumo crítico con escasas alternativas de sustitución”, aseguró Salazar.
Cuando comenzaron las amenazas arancelarias al cobre desde la Subrei, Cancillería y la Sonami implementaron una mesa de trabajo para monitorear posibles impactos en la minería. Desde la industria llaman a la calma y recalcan que el principal destino de las exportaciones del mineral rojo tiene por destino Asia.