En el marco del Latam Focus 2025 de BTG Pactual, el presidente del banco brasileño, André Esteves, inició su intervención recordando al empresario Horst Paulmann, su trayectoria en los negocios y los múltiples intercambios que tuvo Cencosud con la entidad financiera.
Sin embargo, su discurso rápidamente se enfocó en la evolución del escenario global, marcando como principal riesgo la fractura del multilateralismo producto de la guerra comercial impulsada por Donald Trump.
Proteccionismo del republicano
Según Esteves, el enfoque de “Estados Unidos primero” ha generado un cambio estructural en el orden económico global, afectando a China, Europa y América Latina. Destacó que la política de aranceles aplicada durante el gobierno de Trump no solo golpeó a Beijing, sino que también generó consecuencias inesperadas para otros mercados.
Advirtió que el avance de un mundo unilateral ha
fragmentado el comercio y la geopolítica, debilitando las instituciones multilaterales y aumentando las tensiones comerciales y diplomáticas. Junto con esto, explicó que la ruptura con el modelo de cooperación internacional ha llevado a los países afectados a buscar alternativas, lo que en algunos casos ha resultado en una
reconfiguración de alianzas económicas y estratégicas.
En este contexto, señaló que Europa ha sido una de las regiones más beneficiadas. “Cuando una sola potencia busca imponer su voluntad sin consenso, el resto del mundo reacciona buscando alternativas”, afirmó. Como consecuencia, el euro ha tenido su mejor semana desde 2009, impulsado por una mayor integración económica y la percepción de que la región debe fortalecer su independencia ante la volatilidad del dólar.
Europa se fortalece, América Latina busca estabilidad
El presidente de BTG Pactual subrayó que, mientras Europa ha logrado acelerar su integración económica y reforzar su autonomía estratégica, América Latina enfrenta un escenario más incierto. Explicó que la región, al depender en gran medida de la exportación de commodities, es menos vulnerable a los efectos directos de la guerra comercial. “Cuando se imponen aranceles a una materia prima, su precio tiende a ajustarse en el mercado global”, indicó.
Sin embargo, advirtió que la estabilidad de la región dependerá de su capacidad para mantener políticas económicas racionales y evitar la polarización política. También resaltó que América Latina tiene la ventaja de comerciar con múltiples actores globales, incluyendo Estados Unidos, Europa, Medio Oriente y China. “Nuestra capacidad de crecimiento no depende exclusivamente de una potencia, sino de nuestras propias decisiones”, afirmó.
Un nuevo orden geopolítico en construcción
Para Esteves, el avance del proteccionismo y el quiebre del multilateralismo han cambiado las relaciones internacionales. Respecto a la política exterior de Trump, sostuvo que su enfoque ha significado un quiebre con la estrategia tradicional de Estados Unidos, particularmente en su relación con Europa.
En lugar de fortalecer la cooperación con sus aliados históricos, el expresidente optó por una postura más transaccional y unilateral, lo que ha generado fricciones y llevado a los países europeos a replantear su dependencia de Washington.
“La forma en que Trump manejó la crisis entre Rusia y Ucrania, ignorando a Europa, es una señal clara del fin del orden multilateral que predominó desde la Segunda Guerra Mundial”, señaló. Explicó que esta estrategia ha impulsado a Europa a buscar alternativas en materia de defensa y autonomía estratégica, lo que se ha visto reflejado en anuncios recientes de Alemania.
Además, enfatizó que China ha reaccionado reforzando sus lazos comerciales con otras regiones, desplazando a Estados Unidos en mercados clave. Esto, a su juicio, demuestra que los intentos de Washington por aislar a Beijing han tenido el efecto contrario, fortaleciendo su influencia en el comercio global.
El futuro: adaptarse o quedar rezagados
Finalmente, Esteves planteó que el mundo está atravesando una transformación comparable a una revolución industrial, con cambios tecnológicos y geopolíticos que se desarrollarán en una fracción del tiempo que tomaron procesos similares en el pasado.
“El éxito dependerá de qué economías logren adaptarse con rapidez a esta nueva realidad”, concluyó, advirtiendo que las naciones que no entiendan el cambio quedarán rezagadas en el nuevo orden global que se está configurando.