BID Lab es el brazo de innovación y venture capital (capital de riesgo para startups) -del Grupo Banco Interamericano de Desarrollo (BID)- que busca impulsar la innovación y adopción de tecnologías en América Latina y El Caribe, para beneficiar a las poblaciones vulnerables y activar la creación de industrias para un crecimiento sostenible.
En el marco de las Asambleas de Gobernadores del BID y de la Corporación Interamericana de Inversiones (BID Invest), que se realizó en Santiago a fines de marzo, la española y CEO de BID Lab, Irene Arias Hofman, abordó con DF el modelo de inversión de capital de riesgo para Chile y la región, y las brechas del ecosistema de innovación y emprendimiento local.
“Es necesario que más actores privados ingresen al ecosistema y que la inversión de venture capital sea liderada por actores institucionales, corporativos y family offices”.
Explicó que BID Lab entrega financiamiento a startups entre etapa semilla y serie B, con foco en salud, talento, servicios, agro y finanzas que desarrollen soluciones que busquen a resolver transversalmente distintas brechas sociales y aporten a la resiliencia climática.
“Apuntamos a empresas que tengan muy claras sus tesis de impacto y cuando llegan a una etapa de crecimiento más madura, pueden volverse clientes de BID Invest, el brazo privado del grupo BID”, comentó Arias.
US$ 14 millones desplegaron en operaciones en Chile en 2024.
La entidad que lidera tiene cuatro tipos de financiamiento para startups: inversión directa privada (equity y quasi-equity) hasta US$ 3 millones según la etapa; a través de fondos de capital de riesgo con tickets de US$ 2 millones a US$ 10 millones; y préstamos hasta US$ 5 millones. El cuarto, son aportes directos a proyectos del ecosistema, los que en promedio ascienden a US$ 1 millón.
La historia del BID Lab (exFondo Multilateral de Inversiones) en Chile es larga. Comenzó a fines de los noventa, para apoyar políticas públicas como Start-Up Chile de Corfo y la creación de incubadoras, aceleradoras, coworking, redes de inversión ángel y fondos de venture capital, y ahora como socios financieros de startuplab.01, de Corfo.
En promedio, la entidad despliega US$ 100 millones en recursos -propios y de terceros- para iniciativas regionales. No obstante, en 2024 destinaron US$ 14 millones a operaciones en Chile. Invirtieron en cuatro fondos -Newtopia, Monashees XI, Dalus III y Yield Lab- que “están buscando identificar portafolio en el país”, los que ya ha han invertido en startups locales.
También entregaron recursos a Kilimo, Galgo y RankMI -las dos primeras fueron conversiones de préstamos a inversión equity- y aprobaron préstamos a la empresa Tokosova “que está acercando tecnologías de riego a la pequeña agricultura en el sur de Chile”, y a Ainwater, “una plataforma de inteligencia artificial (IA) que busca mejorar la gestión hídrica de operadores rurales”, comentó Arias.
Parte de estos recursos se destinaron a iniciativas de innovación regional con impacto en Chile, como IAméricas, cuyo fin es contribuir al desarrollo y adopción responsable de la IA en el ecosistema emprendedor, y al proyecto con 2getherInternational para incubar y acelerar tecnologías desarrolladas “por y para las personas con discapacidad”.
Hoy tienen 22 operaciones de financiamiento activas en Chile. “El portafolio actual es de casi US$ 21 millones”, afirmó la ejecutiva.
Desafíos y focos de inversión
Arias dijo que Chile es “un referente en la región”, destacando sus avances en innovación y el rol de Corfo en esta materia.
Sin embargo, advirtió que “es necesario que más actores privados ingresen al ecosistema y que la inversión de venture capital sea liderada por actores institucionales, corporativos y family offices. En este ámbito vemos muchas oportunidades para seguir fortaleciendo el ecosistema chileno”.
También enfatizó en la necesidad de “seguir empujando” la internacionalización de las startups y la salida rápida al mercado. “Chile es un excelente espacio para probar innovaciones y generar tracción inicial, pero un mercado pequeño si lo que queremos es que las innovaciones respondan de manera relevante a los desafíos de la región y generar un gran impacto”, dijo.
Según Arias a nivel regional, hay un déficit de inversión en ciencia y tecnología, pero destacó el impulso de Chile en esta área, como el desarrollo de la matriz productiva y en “potenciar la productividad de la economía”.
Este año, el BID Lab se enfocará en nuevos desafíos: acceso a salud de calidad; soluciones para enfermedades no transmisibles; mejorar la cobertura de salud rural; aumentar el acceso de grupos vulnerables a mejores empleos; y formación de nuevas habilidades digitales y de emprendimiento.
En Chile, Arias comentó que ven “bastante dinamismo” en innovación para la resiliencia climática; la gestión de recursos hídricos; la optimización de procesos industriales y agrícolas; y la economía plateada, que tendrá su primer fondo chileno de impacto regional, al que están apoyando con conexiones a inversionistas.
“Este año seguiremos invirtiendo en Chile, como ya lo hemos hecho, en fintech, agrotech, salud, educación, y en smart cities. Además, queremos ampliar nuestro portafolio de direct equity y préstamos a startups y pequeñas y medianas empresas innovadoras”, dijo.