El mercado de bonos sigue exigiendo mayor rendimiento a las emisiones de papeles de países de la eurozona que despiertan mayor preocupación.
Ayer la tasa de los bonos italianos a diez años volvió a cerrar alrededor de 7%, lo que da cuenta de la profundidad de la crisis que enfrenta el gobierno del recién asumido Mario Monti. Así, el mercado está dando implícitamente a los bonos italianos un rating de Ba2, dos notas bajo el grado de inversión y seis bajo el A2 que le asigna Moody’s.
Por ello, analistas ven que un eventual downgrade de Italia está definitivamente cerca. Y afirman que eso está casi asegurado si el único comprador de sus papeles es el Banco Central Europeo.
Los temores de que Italia siga la ruta de Grecia -cuyo libreto ha repetido casi a cabalidad- también se replican en España.
El rendimiento exigido a papeles a 10 años de ese país volvió a cotizarse por sobre los 6,3%, llegando a su máximo en cuatro meses.
Además la nación ibérica enfrenta una fuerte alza en su riesgo país, con los CDS (Credit Default Sawps) a cinco años batiendo todos los records: ya se encuentran en 479 puntos, su máximo en una década.
Incluso en Francia se ven los estragos de la crisis: el rendimiento de sus bonos ya es el doble del alemán, que se considera en Europa como la tasa libre de riesgo. de hecho, los CDS alemanes casi no se han movido.
BCE reduce a la mitad la compra de bonos
A pesar de que las señales de alarma ya se dispararon en Italia, el Banco Central Europeo (BCE) mantiene la cautela en su intervención. La semana pasada el BCE redujo la compra de bonos gubernamentales a la mitad, adquiriendo finalmente cerca de 4.480 millones de euros en estos instrumentos, frente a los 9.520 millones que compró la semana anterior.
Así, las compras fueron mucho menores que las expectativas del mercado, que estimaban la adquisición de alrededor de 10.000 millones. El presidente del BCE, Mario Draghi, afirmó en su primera conferencia a la cabeza de la institución que no hay un compromiso de aumentar los montos de compra.