El agresivo avance del dólar en la semana fue ayer respaldado por la fuerte caída del precio del cobre, lo que empujó al billete verde hasta los $ 521, llegando a su mayor nivel en 14 meses.
En el mercado se estima que divisa puede seguir subiendo de la mano del metal rojo, que ayer cerró las cotizaciones en Londres en
US$ 3,53 la libra, su menor precio desde noviembre del 2010.
El mayor causante del retroceso de 5,24% que sufrió el cobre en la jornada de ayer fue la encuesta preliminar de HSBC y Markit Economics sobre el PMI chino, que arrojó 49,4 puntos para este mes. Menor a 50 se considera como un indicador de contracción.
En la baja del cobre algunos analistas ven una sobrerreacción condimentada por la crisis de deuda en Europa. Según el jefe de estudios de metales de Société Générale, David Wilson, la encuesta preliminar del PMI chino tiene un énfasis -a diferencia de la oficial- en las exportaciones del sector privado. Por esto, descontaría al grueso de las empresas estatales, que responden al mercado doméstico.
“Es una encuesta de sentimiento. Naturalmente, las exportaciones de las compañías chinas son más negativas que las de las estatales”, asegura el experto. Pero el escenario de riesgo, según Wilson, no es puramente especulativo. Esto, debido a que los grandes impulsores del crecimiento chino en la última década han sido los gobiernos regionales, financiados por créditos bancarios. En conjunto estos gobiernos acumulan una deuda de US$ 580.000 millones, por lo que su presupuesto ya se estaría viendo afectado.
¿Seguirá de compras el Banco Central?
La pregunta ronda en el mercado y hay opiniones para todo gusto. Pero hay que recordar que los $ 20,5 de alza en las cotizaciones del dólar de ayer fueron similares a la última intervención cambiaria del Banco Central, que provocó el 4 de enero de este año una escalada de $ 22,3 en sólo un día.
Según el subgerente de economía de BCI Estudios, Luis Felipe Alarcón, el actual programa de compras podría detenerse en niveles de $ 570, si el Banco Central utilizara los mismos parámetros que utilizó para dejar depreciarse al dólar/peso desde el 2008 hasta enero de este año. Esto, utilizando una comparación “estrictamente de tipo de cambio”.