Santander toma medidas por el brexit
El banco realizó un ajuste contable para protegerse del Brexit. El consejo se ha comprometido a seguir repartiendo entre el 40% y el 50% de los beneficios entre sus accionistas.
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Santander toma medidas adicionales ante la posibilidad de un Brexit duro. El consejo aprobó ayer una revisión a la baja del fondo de comercio de su filial Santander UK por importe de US$ 1.650 millones.
La entidad liga la necesidad de este deterioro al "cambio en las expectativas para Santander UK como consecuencia de un entorno regulatorio complejo, entre otras razones por los distintos efectos negativos de la regulación, que obliga a los bancos a separar el negocio de banca minorista del de banca de inversión". La entidad explica que la rebaja del valor en libros de su filial responde al "impacto de la incertidumbre generada por el Brexit en el crecimiento económico del país y al incremento de la presión competitiva en Reino Unido".
Santander advierte que, en la nueva situación, queda disminuida la capacidad de generación de beneficios de Santander UK, que actualmente aporta el 11% al resultado del grupo.
El saneamiento se contabilizará en las cuentas del tercer trimestre. Aunque tendrá impacto en el beneficio atribuido, no afectará a su resultado ordinario, ni al valor contable tangible por acción, según explica la entidad en el hecho relevante enviado a la CNMV.
El mercado calcula que Santander registrará un beneficio ordinario de unos 8.000 millones de euros en 2019, de los que cerca de 4.000 millones se destinarán al pago de dividendo, 2.000 millones a inversión crediticia y otros 2.000 irán a reforzar su ratio de capital CET 1, que podría pasar del 11,3% al 12%.
Santander se ha comprometido a mantener los objetivos del plan estratégico anunciado en abril, así como su pay out. Es decir, seguirá repartiendo entre el 40% y el 50% de los beneficios entre sus cuatro millones de accionistas.
Precisamente ayer, el consejo del banco aprobó el pago del primer dividendo a cuenta de los resultados de 2019, que asciende a 0,10 euros por acción. Se abonará íntegramente en efectivo a partir del 1 de noviembre. Dicho importe es igual al que pagó hace un año en agosto y noviembre.
Desde este año, la entidad realizará únicamente dos pagos anuales, en lugar de los cuatro anteriores.
La entidad también se ha comprometido con sus cuatro millones de accionistas a que la proporción de retribución pagadera en efectivo sea, como mínimo, de la misma cuantía que la del año pasado (85%).
Con cargo a 2018, el banco pagó en total 23 céntimos por acción como dividendo.
"El dividendo anunciado hoy es una muestra de la fortaleza y la resiliencia del modelo de negocio de Santander. Pese a algunos factores advesos de mercado, especialmente en Reino Unido, nuestra diversificación única en Europa y América nos ha permitido lograr resultados predecibles, dar un dividendo por acción en efectivo sostenible, que ha crecido un 174% en los últimos cinco años y obtener un aumento de los ingresos de clientes de más del 20% y del beneficio atribuido del 87%. En los últimos cinco años hemos incrementado el capital en un total de 25.000 millones de euros. Aunque las reformas que obligan a separar el negocio de banca minorista y el Brexit han afectado a la rentabilidad en Reino Unido, este mercado sigue siendo clave y estamos invirtiendo significativamente para mejorar nuestra posición competititiva y atender aún mejor a nuestros clientes", señaló ayer Ana Botín, presidenta de Santander.
El banco cerró ayer en Bolsa en 3,62 euros, tras sufrir un descenso del 0,75%. Santander tiene una capitalización bursátil de 60.307 millones y cotiza a 0,6 veces su valor en libros.