“Puedo decir con absoluta seguridad que, sin Alfonso, Clapes UC no existiría”.
Así de categórico fue el director del Centro Latinoamericano de Políticas Económicas y Sociales de la Universidad Católica, Felipe Larraín, en el seminario en homenaje a Alfonso Swett Opazo -expresidente de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC)-, titulado “Promoviendo la asociación público-privada”.
Una emotiva instancia que reunió -además de Larraín y al rector de la Universidad Católica, Ignacio Sánchez-, a la expresidenta de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) y hoy secretaria general del Partido Comunista (PC), Bárbara Figueroa; la presidenta de la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa), Rosario Navarro; y la senadora del partido Demócratas, Ximena Rincón; actores que relataron algunas anécdotas con el exdirigente gremial.
En una conversación moderada por el presidente del consejo asesor nacional de Clapes, Claudio Hohmann, Navarro y Figueroa entregaron emotivas anécdotas con Swett, en las que destacaron su particular forma de enfrentar el debate público.
La huella
“Me tocó conocerlo en una circunstancia curiosa, fue un amigo heredado de mi papá. A mí me pasó que un día Alfonso me llamó por teléfono y me dijo ‘hemos estado dándole una vuelta y te tienes que postular de candidata al consejo de la Sofofa. Y tengo que confesar que googleé qué hace un candidato a consejero de la Sofofa, y él me dijo no solo eso, también que ‘yo voy a ser tu generalísimo de campaña´”, relató Navarro, quien agregó que desde ese momento Swett se mostró siempre disponible para aconsejarla.
Una relación que no hizo más que fortalecerse. “Nos tocó desempeñarnos en la labor gremial en Sofofa y siempre que lo veía estaba contento, energético”, dijo Navarro, quien agregó que la energía que transmitía es algo que hasta hoy la motiva.
“Cuando nos tocaba viajar, yo andaba siempre con jet lag y llegaba tempranito al gimnasio a eso de las cinco de la mañana y él ya estaba en la trotadora, y no solo en la trotadora, con un iPad prendido viendo las noticias de Chile, y con un audífono dando una entrevista. Todo al mismo tiempo. Si me preguntan con qué me quedo, yo creo que Alfonso sigue vivo en muchos de nosotros, en esta pasión de querer ser un aporte al país, de querer lograr mayor prosperidad”, relató, generando aplausos entre el público presente.
Diálogo sincero
Luego fue el turno de Figueroa, quien contó que desde su entonces rol como presidenta de la CUT logró construir una relación de confianza con Swett. “Me tocó ser contraparte con Alfonso. Sin embargo, éramos una contraparte que convivió de una manera muy fraterna, y fue un trabajo, yo diría, efectivamente de mucho aprendizaje”, comenzó relatando Figueroa.
En esa línea, la ahora dirigenta del PC, destacó que con Swett al mando de la CPC se construyó un tipo de relación entre la CUT y los empresarios que no se ha vuelto a repetir. “Sin con esto querer hacer un juicio crítico de nadie más, pero con Alfonso había una particularidad de que había un nivel de confianza para el diálogo, que pocas veces se ha logrado (...) era algo muy valioso”, destacó Figueroa, y agregó que esa capacidad de diálogo “particularmente en la política en general es algo que hace falta, y creo que ahí hay un legado bien importante y valioso”.
Ximena Rincón, por su lado, destacó el constante interés de Swett de generar espacios de encuentro entre el mundo público y privado. “Él creía que lo público y lo privado no estaban encasillados a un sector, que la Universidad Católica hace política pública permanentemente siendo una institución privada. Que el mundo de lo público tiene injerencia en el privado todos los días. Y eso es algo que entendía, que si nos quedamos encasillados cada uno en su sector no se avanza”, destacó.
A modo de cierre, Rincón valoró los relatos de Figueroa y Navarro, y como cierre señaló: “No sé si todos vieron Coco, la película de monitos animados, bueno, claramente Alfonso no va a morir nunca. Nunca, nunca”.