El alza sin precedentes del desempleo
a nivel mundial necesita "un esfuerzo similar" al que se ha desplegado a para hacer frente a la crisis financiera, para evitar así un
deterioro del tejido social, advirtió hoy el secretario general de
la OCDE, Angel Gurría.
"La primera prioridad es limitar el número de despidos", subrayó
la autoridad en su discurso ante los ministros de Trabajo reunidos hoy y
mañana en París en un encuentro de la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) que lleva por título
"Hacer frente a la crisis del empleo".
Para justificar la pertinencia ahora de una política de empleo
activa, recordó que "el esfuerzo global sin precedentes dedicado a
contrarrestar la crisis financiera y alimentar la demanda (...) ha
funcionado".
Y que los paquetes fiscales han permitido crear o salvar entre
3,2 y 5,5 millones de empleos en los 19 países miembros en los que
se ha estudiado este efecto.
No obstante, Gurría puntualizó que aunque los subsidios a los
cesantes tengan "un papel positivo", deben ser temporales y dirigidos
a los más vulnerables, porque de no ser así corren el riesgo de ser
un obstáculo para la recuperación.
A juicio de la OCDE, hay que centrarse en las redes de seguridad
social para las familias con menos recursos, en ofrecer
oportunidades de formación para los desempleados susceptibles de
convertirse en desempleados de larga duración y en reducir el desempleo
juvenil para evitar "una generación perdida".
El escenario a corto y medio plazo no es halagüeño, teniendo en
cuenta que pese a que haya indicios de una recuperación en muchos de
los países miembros, la organización advierte de que el desempleo seguirá
creciendo en los próximos meses.
De hecho, se espera que el número de desempleados, que ya ha
aumentado en más de 15 millones de personas desde el inicio de la
crisis en 2007 (para llegar a una tasa de paro del 8,5% de media en
julio pasado), tendrá un incremento global de 25,5 millones al
terminar 2010.