El líder de la mayoría demócrata del
Senado de EE.UU., Harry Reid, echó hoy parte de la culpa por el
hundimiento del principio de acuerdo sobre el paquete de rescate
financiero al candidato presidencial republicano, John McCain.
Reid afirmó en una rueda de prensa, poco antes de que los
legisladores reanudarán la negociación, que la presencia del
candidato presidencial en Washington "no ha ayudado, sino que ha
hecho daño".
El senador demócrata recordó que ayer por la mañana un grupo de
legisladores de alto rango de ambos partidos habían alcanzado un
principio de acuerdo sobre el plan, pero dijo que se "se desmoronó
totalmente" tras la llegada de McCain a Washington.
El candidato republicano anunció el miércoles que cancelaba sus
actos electorales para participar en las negociaciones y su campaña
dijo que no acudiría al debate previsto para hoy hasta que no
hubiera un acuerdo.
No obstante, la campaña del senador ha confirmado hoy que, pese a
la falta de acuerdo, McCain sí participará en el debate, que tendrá
lugar en Misisipi.
Reid enfatizó hoy que aún se desconoce si el candidato
republicano apoya el plan de rescate financiero.
El líder demócrata dijo que los miembros de su partido y los
senadores republicanos están de acuerdo con el principio de acuerdo
alcanzado ayer, pero agregó que el obstáculo está en los
republicanos de la Cámara Baja.
En el Senado, el republicano Richard Shelby ha indicado también
su rechazo.
Pese a los desacuerdos, Reid dijo creer que aún es posible que se
redacte un proyecto de ley hoy y se vote durante el fin de semana en
ambas cámaras.
Enfatizó que la propuesta legislativa "debe ser bipartidista" y
no una solución aprobada simplemente con los votos de los
demócratas, que tienen la mayoría en ambas cámaras.
Las conversaciones sobre el plan se reanudaron hoy, aunque el
presidente del Comité de la Banca del Senado, Christopher Dodd,
afirmó que hay algunos principios que "no son negociables".
Dodd, quien encabeza las negociaciones en el lado demócrata, dijo
que el plan final debe incluir un tope al salario de los directivos
de las empresas que se beneficien del programa.
También deberá compensar a los contribuyentes con acciones de
esas compañías y establecer medidas contra la ola de ejecuciones de
hipotecas. Además, debe crear un mecanismo de supervisión del uso de
los fondos.