La peor crisis inmobiliaria de los últimos 18 años en Reino
Unido obligó al gobierno británico a tomar cartas en el asunto, mediante
medidas como la supresión de un impuesto a la compra de viviendas, y de unas
ayudas por 1.242 millones de euros para facilitar la compra de pisos y el pago
de hipotecas. La medida sirve al menos para reactivar a las inmobiliarias en la
Bolsa de Londres.
La amenaza de la recesión planea cada vez con más fuerza
sobre la economía británica, y sectores como el inmobiliario no hacen sino
agravar estas presiones. La patronal del sector anunció la semana pasada una
caída de dobles dígitos en el precio de las viviendas durante el mes de agosto,
del 10,5%, la mayor desde el año 1990.
Para intentar paliar esta delicada situación, y su impacto
en el ritmo de crecimiento económico y en el paro, el Gobierno británico ha
decidido retirar un impuesto que gravaba la compra de viviendas. En concreto,
el Ejecutivo liderado por Gordon Brown ha decidido eximir de este impuesto la
compra de viviendas por un precio inferior a las 175.000 libras, unos
217.000 euros.
La medida entrará en vigor a partir de mañana, y cambia una
normativa que gravaba con un 1% la compra de viviendas de entre 125.000 y 250.000 libras
(155.000-310.000 euros), con un 3% la de propiedades valoradas en más de 250.000 libras
(310.000 euros), y en un 4% las superiores a 500.000 libras
(621.000 euros).
El paquete de medidas anunciado por el Gobierno británico
incluye además un fondo de unos 1.000 millones de libras (unos 1.242 millones
de euros) destinado a facilitar la compra de viviendas y el pago de hipotecas.
Bolsa
Las reformas adoptadas sirven de estímulo para las
debilitadas cotizaciones de las empresas inmobiliarias británicas. En la
jornada de hoy, los avances del índice Ftse 100 los lidera Taylor Wimpey, con
un 10,3% de revalorización.
Lso avances se generalizan en el resto de inmobiliarias
cotizadas. Los títulos de Bovis Home recuperan un 4,4% a media sesión, un 6,25%
lso de Barratt Developments, y un 5% los de Redrow.