Por A. Barker, D. Oakley y B. Groom
Bruselas/Londres
Los jefes corporativos de Europa están enfrentando una nueva prueba pública sobre los sueldos a medida que Bruselas los obliga a justificar por qué a menudo ganan más de 100 veces lo que recibe su personal.
Inversionistas y grupos empresariales contraatacaron ante las propuestas de borrador “raras” y “contraproducentes” de la Comisión Europea que le darían a los accionistas el derecho a rechazar el ratio entre el pago de la junta y el trabajador a tiempo completo promedio.
Para las 10 mil compañías listadas potencialmente afectadas por la directiva de los derechos del accionista, va a poner simples estadísticas que podrían arrastrar a los ejecutivos aún más en el tenso debate político sobre desigualdad.
Las noticias de las reformas llegaron mientras RBS y Lloyds Banking Group, los dos bancos parcialmente nacionalizados del Reino Unido, revelaron una bonanza por acción para los ejecutivos equivalente a 35 millones de libras esterlinas (US$ 55 millones). El ratio de pago trabajador-ejecutivo en los grandes bancos a menudo supera las 100 veces, con Barclays pagándole a su director ejecutivo 181 veces más, y Lloyds 125.
Otros sectores que dependen de una fuerza laboral más barata podrían potencialmente mostrar brechas más grandes. A los directores ejecutivos de Disney y Coca-Cola, por ejemplo, se les paga respectivamente 653 y 427 veces más que el pago medio de sus empleados.
Iniciativas para darles a los inversionistas mayor voz sobre el pago ha ganado tracción en el mundo, pero la propuesta de Bruselas va más allá que EEUU o Reino Unido al requerir un voto vinculante sobre un rango más amplio de referencias de remuneración sensibles.
Los inversionistas reaccionaron con alarma. Hendrik du Toit, director ejecutivo de Investec Asset Management, que maneja US$ 110 mil millones en activos, afirmó que “pondría a Europa en desventaja”.
Paul Lee de la Asociación Nacional de Fondos de Pensiones, que representa a cerca de 1.300 esquemas de pensión ingleses, aseguró que un ratio duro “podría crear incentivos raros”.
Grupos empresariales cuestionaron la necesidad de intervención. Roger Barker del Instituto de Directores del Reino Unido preguntó: “¿han pedido los accionistas datos sobre los ratios de pago? Si no lo han hecho, entonces no está claro por qué la UE debería legislar”.
Cuando se proponga en abril, es probable que reciba una respuesta fría del Reino Unido, Alemania y otros miembros que ignoraron tales ratios luego de esforzados debates domésticos acerca de la reforma a la gobernabilidad corporativa.
Grupos como High Pay Centre recibieron de buena manera el plan de Bruselas.