Uber, el controvertido operador de traslados, ha reclutado un ejército de asesores de alto nivel que incluye a la ex comisionada de la Unión Europea, Neelie Kroes, para ayudarlo a maniobrar a través de los innumerables obstáculos normativos que enfrenta en todo el mundo.
Kroes, antigua reguladora de competencias y telecomunicaciones, fue defensora de Uber durante sus funciones y crítica de los intentos por prohibir a la compañía en países como Alemania.
Kroes se unirá a un nuevo consejo asesor de políticas públicas para ayudar a Uber a enfrentar las dificultades. Los otros miembros van desde Ray LaHood, ex secretario de transporte de Estados Unidos, hasta la princesa Reema Bandar al-Saud, una defensora del empleo y movilidad de la mujer en Arabia Saudita.
En una entrevista con Financial Times, Kroes dijo que Uber aún tiene mucho que aprender. “Necesita comunicarse en una manera muy diferente... Tiene que tener en cuenta que todavía existen muchas diferencias de cultura”, dijo. “No deben pensar que todos lo están atacando”.
El servicio de compartir traslados de Uber se ha topado con incontables obstáculos políticos y regulatorios desde que comenzó su acelerada expansión hace tres años, perturbando los servicios de taxis tradicionales. Ha enfrentado por ejemplo prohibiciones, arresto de ejecutivos, y demandas civiles y criminales en múltiples países.
Pero en algunos de ellos se ha comenzado a aprobar leyes que cubren los servicios de viajes compartidos ayudando gradualmente a Uber a salir de las zonas grises legales y a ganar una mayor aceptación.
“Hace dos años no había ninguna ley o regulación sobre este tema en todo el mundo” dijo David Plouffe, un asesor directivo de Uber que anteriormente fue jefe de campaña del presidente Barack Obama. “Ahora se ha producido un gran impulso”, añadió señalando las legislaciones adoptadas en países como Estados Unidos, Australia, Filipinas y México, entre otros.
Miembros de la junta asesora se reunirán dos veces al año y serán compensados con acciones de Uber.
En Europa, la maniobra de Kroes podría plantear interrogantes sobre los nexos entre el gobierno y la empresa. Ex funcionarios de la Comisión Europea deben esperar 18 meses antes de comenzar a desempeñar funciones de cabildeo en áreas en las que fueron responsables.