Por P. Spiegel y R. McGregor
, Bruselas y Washington
El enfrentamiento entre Rusia y Estados Unidos alcanzó su punto más grave ayer desde el inicio de la crisis de Ucrania hace cuatro meses.
El Kremlin acordó desplegar aviones de combate en las bases de Bielorrusia, mientras los aliados de EEUU advirtieron a Moscú que de continuar con el referéndum de independencia de Crimea, que se realizará el domingo, habría represalias.
Por primera vez desde que las tropas rusas entraron en Crimea, hace dos semanas, la provocación militar salió a la luz, con una agencia de noticias bielorrusa informando que hasta quince aviones caza rusos serían enviados a bases en respuesta a la actividad de la OTAN en Polonia y los países bálticos.
La alianza acordó esta semana desplegar aviones de vigilancia AWACS a Polonia y Rumania para seguir los movimientos de tropas rusas en Crimea. El Pentágono dijo que enviará doce F-16 a Polonia.
Un portavoz del comando europeo de militares de EEUU dijo que la medida era “una elección deliberada para demostrar a nuestros aliados, así como a nuestros adversarios, que los compromisos de EEUU con nuestras responsabilidades de defensa colectiva son creíbles y se mantienen con fuerza”.
El ruido de sables de Moscú y Washington llegó cuando John Kerry, secretario de estado de EEUU, y Sergei Lavrov, Ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, acordaron mantener conversaciones mañana en Londres, en un esfuerzo por evitar una ruptura diplomática por el voto de Crimea. Pero los diplomáticos europeos indicaron que no había señales de que Rusia estuviera retirándose. “La reducción de la tensión no está teniendo lugar, sino todo lo contrario. Lo que está ocurriendo es la consolidación“, dijo un diplomático de la UE. Embajadores en Bruselas acordaron un “marco” para las sanciones, que permitirá a los ministros de Exterior de la UE apuntar a los rusos que ordenaron la incursión a Crimea.