Por S. Foley/A. Ross,
Nueva York/Londres
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Esta vez Wall Street es inocente.
A la larga lista de burbujas de activos -desde los tulipanes a la Compañía del Mar del Sur, desde las acciones punto com al mercado inmobiliario de EEUU- los historiadores económicos podrían agregar pronto una “moneda” virtual llamada Bitcoin.
Pero mientras son los banqueros los que a menudo son culpados por el estallido de las burbujas, el alza en el precio del Bitcoin ha ocurrido sin esa intervención.
El frenesí comprador ha enviado el valor del stock total de Bitcoin por encima de US$ 1.500 millones y el precio de un Bitcoin se ha duplicado en menos de dos semanas. Habiendo pasado los US$ 100 el 1 de abril, llegó a su máximo de US$ 147 ayer en la mañana.
Sin conexión a algún activo real, el precio del Bitcoin sólo es determinado por la especulación sobre cambios alrededor del mundo.
La moneda fue creada cuatro años atrás por un científico en computación desconocido y el limitado stock de “monedas” crece de acuerdo con un algoritmo predeterminado.
Un pequeño número de servicios en línea acepta Bitcoins, pero el valor parece estar correlacionado menos a su uso y más a la conversación en Twitter y los medios.
El Bitcoin es volátil. Un salto en 2011 llevó el precio de un Bitcoin desde US$ 2 a más de US$ 30, y luego bajó.
El último gran estallido de interés coincidió con el rescate a Chipre, luego de que los defensores del Bitcoin lo lanzaron como una alternativa a las divisas que pueden ser devaluadas o confiscadas.
Jim Angel, profesor de la escuela de negocios de la Universidad de Georgetown, es escéptico de la viabilidad a largo plazo del Bitcoin. “A los gobiernos no les gusta la competencia en el negocio cambiario y si se vuelve muy grande tomarán medidas drásticas”.
“Además, están confiando en que algoritmos protejan el sistema, y todos sabemos que la tecnología se rompe o la hackean”.