Ha sido un trabajo largo y duro, pero la economía europea parece estar recuperándose finalmente. Una ola de datos prometedores la semana pasada sugiere una recuperación en varios frentes.
En el Reino Unido, Mark Carney, el nuevo gobernador del Banco de Inglaterra, puede mirar atrás a noticias prometedoras, desde la disminución del déficit comercial hasta un alza en la manufactura, construcción y servicios. No sólo está tomando impulso la economía, sino que hay cierta evidencia de que se está reequilibrando desde el consumo doméstico hacia las exportaciones. Si hay una nube, viene de señales de una incipiente burbuja en el sector inmobiliario.
Más alentadores, quizás, son los brotes verdes en la zona euro, después de seis trimestres consecutivos de contracción. El alza de la producción industrial de Alemania probablemente muestra que la locomotora europea está tomando velocidad. Cuando se entreguen los datos de Producto Interno Bruto de la zona euro esta semana, se espera que muestren, finalmente, algo de crecimiento.
Los mercados bursátiles han estado poco impresionados por este conjunto de buenas noticias. El comienzo de esta recuperación ya podría estar incorporado.
Los inversionistas en Europa deberían estar alerta a tres riesgos. El primero es el inminente ajuste de la política monetaria en Estados Unidos, a medida que la Reserva Federal comienza a reducir la compra de activos. El Banco de Inglaterra aseguró a los inversionistas esta semana que las tasas se mantendrán bajas al menos hasta que el desempleo baje a 7%. El Banco Central Europeo también prometió -aunque menos enfáticamente- que mantendrá sus llaves monetarias abiertas. El miedo es que el ajuste de la Fed pueda ser imposible de resistir, provocando mayores rendimientos en Europa.
El otro riesgo es que la recuperación podría ser desequilibrada. En el Reino Unido, el gobierno esperaba que la manufactura jugara un rol más grande que en el pasado, pero los datos muestran que los servicios están subiendo más rápido. En la zona euro, los datos muestran que las recesiones en España e Italia podrían haber tocado fondo. Pero una recuperación a dos velocidades con Alemania liderando es una posibilidad perceptible.
El principal problema de Europa sigue siendo su sistema bancario. Los dañados balances están evitando que los prestamistas extiendan a las empresas, ahogando el crecimiento. Los bancos deben transparentar sus pérdidas y recaudar más capital. El Banco de Inglaterra le pidió a algunos prestamistas apuntalar sus libros, pero no lo ha ido lo suficientemente lejos. En la zona euro, la próxima revisión de calidad de los activos es una oportunidad para fortalecer a un sistema inestable. Para asegurar que la recuperación dure más que un par de trimestre, hay que tomar esta oportunidad.