Por Chris Bryant
, Frankfurt
Conducir una bicicleta eléctrica por primera vez significa la superación de prejuicios arraigados. ¿Sólo los incapaces crónicos, enfermos o perezosos requieren asistencia eléctrica para pedalear? ¿Quitará la diversión de andar en bicicleta y hacer que la experiencia no sea auténtica?
Al probar una bicicleta eléctrica, o e-bike, en los terrenos montañosos de la sede del grupo tecnologíco Bosch, se siente una sensación bastante diferente: la euforia.
Bosch entró en el mercado europeo de los sistemas de e-bike en 2011. Se ha convertido rápidamente en el líder del mercado, con más de US$ 138,6 millones en ventas el año pasado. El motor eléctrico parte sólo cuando se empieza a pedalear, y luego sólo con una fuerza proporcional a sus propios esfuerzos.
Híbrido eléctrico
Con un híbrido bioeléctrico, el sistema se siente como una mano invisible que empuja suavemente hacia arriba de la colina. Un equipo de montaje frontal controla una variedad de modos de ciclismo y ofrece al piloto datos sobre la velocidad y el uso de la batería.
Claus Fleischer, director de la unidad de sistema e-bike de Bosch, dice que “en aquel entonces todo el mundo estaba indeciso o tímido al sentarse en una bicicleta eléctrica, aunque es genial y es una tendencia, tal vez la única, que ha sido traspasada de la generación de personas mayores a la más joven”.
Y añade que “el ciclista tiene dos grandes temores: el ciclismo en colina y mojarse (por sudar demasiado). Ahora la ciudad se está volviendo plana otra vez porque se agrega la energía eléctrica… los latidos del corazón no se elevan demasiado. Además, es muy entretenido”.
La publicidad que rodea a los fabricantes de vehículos eléctricos, como Tesla, ha tendido a reducir el debate de la movilidad eléctrica a una única solución, el automóvil.
La canciller Angela Merkel quiere ver un millón de autos eléctricos en Alemania en 2020, pero ese total ya ha quedado atrás por las ventas de las e-bike domésticas.
Se cree que en Alemania se vendieron 400.000 unidades el año pasado, haciéndolo por lejos el mayor mercado europeo. Alrededor de una de cada diez bicicletas vendidas en Alemania, Holanda, Austria y Suiza son bicicletas eléctricas con pedal asistido, también conocidas como “pedelecs”. En general, alrededor de 854.000 bicicletas eléctricas se vendieron en Europa en 2012.
A diferencia de los vehículos eléctricos, si la batería de una e-bike muere no va a llegar a detenerse a un lado de la carretera, ya que el conductor puede seguir pedaleando. Tampoco se requiere de ninguna infraestructura especial de carga: las bicicletas eléctricas se puede conectar en un enchufe normal.
“A mucha gente se le olvida que a pesar de ver frustrantes números en autos, vemos un gran número de bicicletas eléctricas”, advierte Thomas Raith, director ejecutivo de Derby Cycle, fabricante alemán que vende alrededor de 100.000 bicicletas eléctricas al año. La compañía apunta a los consumidores más jóvenes, con productos como e-bikes para la montaña. “Sobre todo entre las generaciones más jóvenes hay un gran cambio en la manera de pensar, en el pasado el auto fue visto como un símbolo de estatus en Alemania, pero eso está cambiando”.
Mayores ventas
Se espera que las ventas de e-bike aumenten en los próximos años a medida que es adoptada por los ciclistas de montaña de mediana edad, los viajeros y para usos comerciales. Las bicicletas e-carga, que tienen una caja o plataforma para el transporte de mercancías, están ganando popularidad para las pizzas y las entregas postales. Las familias también utilizan e-carga para transportar a los niños a la escuela. En China, las bicicletas eléctricas ya son un gran negocio. Unos 30 millones se venden cada año debido a una prohibición gubernamental de scooters con motor de combustión.
En el salón del automóvil de Ginebra, la unidad Smart de Daimler y Qoros, un joint venture israelí-chino estaban entre las automotrices que mostraron sus e-bikes en sus stands. Bjorn Koops, de BMW, señaló que “la aceptación del consumidor hacia las bicicletas eléctricas ha crecido en los últimos cinco años... Los factores inhibidores cada vez están más resueltos. La evolución técnica de las baterías, los costos de adquisición más bajos y el cambio en la percepción social fomenta el consumo de las bicicletas eléctricas”, concluyó.