Por James Shotter
Suiza y los súper-ricos del mundo han sido un tema por mucho tiempo. El sector bancario del país, famoso por sus bancos privados de hace siglos como Pictec, Mirabaud y Lombard Odier, maneja 5,3 billones (millones de millones) de francos suizos (US$ 5,6 billones) de riqueza, de los cuales 2,7 billones de francos suizos son atraídos desde afuera.
Muchos de los cantones del país alpino, como Zug y Berna, se han convertido en hogar de las personas más acaudaladas del mundo gracias a regímenes especiales de impuestos para los extranjeros adinerados que viven, pero no trabajan en Suiza.
A lo largo de los años, estos acuerdos especiales, que cobran impuestos a los inmigrantes ricos de acuerdo al valor de sus propiedades en Suiza en vez de sus activos totales o su ingreso, han atraído celebridades desde el automovilista Michael Schumacher hasta la cantante Tina Turner y el magnate ruso Viktor Vekselberg.
Sin embargo, el entusiasmo con que los ciudadanos suizos apoyaron el domingo los frenos sobre el pago a ejecutivos es el último signo de que la relación de Suiza con los ultra ricos comienza a cambiar.
El referéndum, que entre otros no sólo prohíbe bienvenidas y despedidas doradas, sino que da a los accionistas un voto vinculante sobre los sueldos ejecutivos, fue aprobado no sólo por cada uno de los 26 cantones suizos, sino que la tasa de aprobación de 68% fue una de las mayores en el país.
Las señales de insatisfacción van mucho más allá del plebiscito, una iniciativa de Thomas Minder, un emprendedor devenido en político. En los últimos años, varios cantones han reformado sus regímenes impositivos para extranjeros ricos.
Asimismo, los crecientes esfuerzos internacionales para acabar con la evasión impositiva han hecho que los bancos suizos lo piensen dos veces antes de recibir riqueza extranjera.
Hay señales adicionales de que la presión sobre los vínculos entre Suiza y los ricos se intensificará este año.
Los jóvenes socialistas suizos impulsan un plan para limitar el salario de los ejecutivos top a 12 veces frente al sueldo mínimo en la empresa. Otros, en tanto, impulsan una votación para aumentar el impuesto a la herencia.
El primer ministro de Francia describió la votación suiza como una “inspiración” y una “excelente expresión de la democracia”.
Las declaraciones de Jean-Marc Ayrault son evidencia adicional del apoyo a nivel europeo en la campaña en contra de los excesos de los directorios.