Por J.P. Rathbone y A. Thomson
El jefe del monopolio estatal del petróleo de México dijo que espera que los legisladores aprueben la histórica reforma energética del presidente Enrique Peña Nieto tan pronto como este verano boreal, en una movida que se espera que atraiga decenas de miles de millones de dólares en inversión extranjera.
Las grandes petroleras como Exxon-Mobil y Royal Dutch Shell, previamente excluidas por las políticas energéticas proteccionistas del país, afirmaron que están listas para invertir si el Congreso aprueba la reforma.
“Confío en que los partidos políticos llegarán a un acuerdo”, comentó a Financial Times Emilio Lozoya, el nuevo director ejecutivo de Pemex, en su primera entrevista en profundidad. Lozoya aseguró que la reforma permitiría a Pemex trabajar mano a mano con las mayores compañías de petróleo del mundo por primera vez en más de medio siglo.
Pemex, con ventas de más de US$ 100 mil millones al año, es el séptimo mayor productor de petróleo.
La carga de ser la gallina de los huevos de oro del gobierno -Pemex provee más de un tercio de los ingresos federales- la ha dejado con dificultades para aprovechar algunas de las reservas de petróleo más prometedoras de América del Norte.
“No podemos hacerlo solos”, declaró Lozoya. “Necesitamos cambiar el marco legal de México para que las compañías puedan compartir el riesgo”.
Lozoya descartó la posibilidad de que Pemex pudiera ser privatizada, como la brasileña Petrobras o la colombiana Ecopetrol.
“No, claramente no”, afirmó. “No bajo la administración de Enrique Peña Nieto”.
Pemex ha sufrido de años de subinversión: la producción cayó a menos de 2,6 millones de barriles de petróleo al día desde un máximo de 3,4 millones en 2004.
El optimismo de Lozoya llega mientras los inversionistas extranjeros cambian su mirada desde Brasil a México, enviando a la bolsa local a máximos históricos.