Por Jamie Chisholm
Londres
La “bazuca” monetaria del Banco de Japón (BoJ) ha hecho de todo menos ampliar el mercado de bonos del gobierno.
La bolsa de Tokio detuvo brevemente ayer las operaciones de futuros de bonos del gobierno japonés (BGJ) después de que los vendedores se abalanzaran sobre el contrato a diez años de los BGJ, lo que causó que los precios se desplomaran y elevó en 8 puntos los rendimientos de referencia a 60 puntos, uno de los mayores saltos diarios en los últimos años. Esto siguió a la suspensión del lunes cuando un alza en las compras también gatilló la intervención oficial.
La volatilidad se origina de la incertidumbre de los inversionistas por el impacto que el enorme estímulo monetario del BoJ anunciado la semana pasada, y ampliamente conocido como “bazuca”, tendrá en la economía del país y en la demanda de su deuda. Haruhiko Kuroda, el nuevo gobernador del banco central que ha prometido finalizar con los años de deflación de Japón, dijo ayer que el banco estaba decidido a continuar imprimiendo dinero por todo el tiempo que sea necesario para alcanzar el 2% de inflación.
Inversionistas cautelosos
Los inversionistas son cautelosos de comprometerse a rendimientos históricamente bajos que probarían ser muy escasos si el BoJ alcanza su meta de revivir la economía de Japón.
“Las movidas extremas en la curva del BoJ reflejan mucho dinero especulativo intentando prejuzgar los flujos y el éxito de la jugada del BoJ”, comentó Marc Ostwald de Monument Securities.
Los inversionistas también están intentando medir hasta qué punto los fondos japoneses podrían mirar hacia el extranjero por rendimientos más altos. En comparación, los rendimientos a diez años de Estados Unidos y Alemania son 1,79% y 1,30%, respectivamente.
El debilitado yen está incentivando ese turismo de ingreso japonés, con una pérdida de 25% frente al dólar desde mediados de noviembre, cuando los traders comenzaron a contemplar medidas monetarias más robustas del BoJ.