Por Guy Dinmore
, Roma
Los demócratas de centro izquierda de Italia aparentemente llegaron a un acuerdo de último minuto con la centro derecha, liderada por Silvio Berlusconi, para la elección del próximo presidente del país en el Parlamento hoy.
Parlamentarios de ambos partidos señalaron a Financial Times que se acordó la candidatura de Franco Marini, un ex jefe del Senado de 80 años. El acuerdo, que iba a ser presentado anoche a los comités directivos de ambos partidos, surgió tras varias semanas de disputa para hallar al sucesor de Giorgio Napolitano, cuyo mandato de siete años culmina a mediados de mayo.
La tarea del próximo jefe de Estado será intentar superar la parálisis tras los comicios generales de febrero, que no arrojaron un claro ganador.
Está previsto que esta mañana los 1.007 electores, que incluyen a los miembros de ambas cámaras del Parlamento, además de 58 delegados regionales, realicen la primera votación secreta. El ganador necesita una mayoría de dos tercios en las primeras tres rondas de votación o una mayoría absoluta -504 votos- desde la cuarta ronda en adelante.
El Pueblo de la Libertad de Berlusconi espera que el acuerdo en torno a Marini, un ex demócrata cristiano ahora cercano al ala católica del Partido Democrático, pavimente la ruta para formar una “gran coalición” entre ambos.
Sin embargo, un importante demócrata advirtió que una coalición de ese tipo no era necesariamente parte del acuerdo. Pier Luigi Bersani, jefe de los demócratas, ha rechazado la propuesta de Berlusconi para compartir el poder, al considerarlo un suicidio electoral para cuando Italia vuelva a las urnas. Si el próximo presidente no logra gestar una solución, puede disolver el Parlamento y convocar a nuevas elecciones, posiblemente en julio.
La opción de Marini podría dividir a la centro izquierda. Nichi Vendola, jefe del Izquierda, Ecología y Libertad, un partido aliado de los demócratas, y Matteo Renzi, el alcalde reformista de Florence que ha cuestionado el liderazgo de Bersani, se oponen a la opción.
Marini, considerado por algunos como símbolo del “viejo régimen”, probablemente tampoco logre el pleno apoyo del bloque centrista liderado por el primer ministro en funciones Mario Monti.
Berlusconi, ex jefe de gobierno, que enfrenta tres juicios separados, aparentemente quiere un presidente dispuesto a protegerlo de lo que llama una persecución política de jueces parciales.
El jefe de Estado en Italia es más que una figura ceremonial y puede jugar un importante rol en una crisis.