Por James Politi
Washington
La decisión de la Reserva Federal de comenzar a reducir sus compras de activos el próximo mes depende fuertemente de la confianza entre los banqueros centrales de Estados Unidos de que la inflación subirá gradualmente y se moverá a cerca de 2%.
Pero los datos divulgados el miércoles por el Departamento de Trabajo no ofrecieron esa seguridad. El Índice de Precios al Productor (IPP), que mide la inflación para las empresas, excluyendo los costos volátiles de los alimentos y la energía, subió sólo 0,1% en julio, y ha aumentado en un modesto 1,2% en el último año, muy por debajo de la meta de la Fed.
Los funcionarios de la Fed siempre se refieren a la inflación suave como un fenómeno temporal que se revertirá gradualmente hacia niveles normales. Pero mientras más tiempo se prolonga, más se pueden preocupar sobre los peligros de la desinflación -una desaceleración de las alzas de precios- o incluso una caída hacia la deflación.
“La inflación es el nuevo riesgo para la Fed, por supuesto, pero falta de ella, eso sí”, dijo Chris Rupkey, economista financiero jefe de Bank of Tokyo-Mitsubishi.
“El informe del IPP significa que aún no estamos fuera de peligro respecto de las preocupaciones de desinflación. Esperamos que esta relativa falta de inflación no haga que la Fed retrase su primera reducción en las compras de alivio cuantitativo de US$ 85 mil millones mensuales en su reunión de septiembre”, agregó.
Kevin Logan, economista jefe para EEUU de HSBC, aseguró: “la menor tendencia de inflación podría convencer a los funcionarios de la Fed de ir más lento con la reducción del QE”. Los precios al consumidor, que son más importantes para los funcionarios de la Fed, también han subido a un ritmo más lento en los meses recientes, llegando a un 1,6% de alza anual en junio, excluyendo a los alimentos y la energía, la lectura más baja en dos años.
La Fed no ha ignorado la tendencia. En su declaración después de la reunión del 31 de julio, los funcionarios del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) destacaron que una “inflación persistentemente por debajo de su objetivo de 2% podría representar riesgos al desempeño económico”.
Algunos funcionarios de la Fed han advertido explícitamente de los peligros de quitar apoyo a la economía en un ambiente de inflación débil. “El comité normalmente no removería la política expansionaria en un ambiente donde la inflación está bajo la meta y se proyecta que siga así”, dijo James Bullard, presidente de la Reserva Federal de St. Louis y miembro del FOMC, a comienzos de este mes.
Él advirtió que “la inflación podría caer aún más por la decisión de disminuir (el QE), y por lo tanto el riesgo de deflación se podría elevar”.
Quizás lo más importante sean los datos de inflación de agosto, que se reportarán el 13 de septiembre para el caso del IPP y el 17 para el IPC, justo antes de la próxima reunión del FOMC.