Jamie Smyth
, Sidney
Los fabricantes líderes de medicamentos hicieron un llamado a Australia para que expanda su creciente industria de la amapola más allá de la isla de Tasmania en medio de temores de que el mayor proveedor de narcóticos en bruto para analgésicos está enfrentando una restricción de oferta debido a un salto en la demanda global.
GlaxoSmithKline, Johnson & Johnson y TPI Enterprises of Australia están haciendo lobby en Canberra para que se les permita cultivar amapolas comercialmente en tierra australiana por primera vez. GSK inició pruebas en el estado Victoria, que se espera que apruebe una ley que despenaliza el cultivo de amapolas.
“Hay una creciente demanda por analgésicos a medida que se expande la clase medial global. Pero existe un límite sobre la tierra disponible en Tasmania”, afirmó Jarrod Ritchie, director ejecutivo de TPI.
“Recientemente hemos sufrido sequías y tormentas y simplemente no podemos tener suficiente”.
Las plantas de amapola contienen morfina, codeína y tebaína, que son usadas en un amplio rango de analgésicos comunes como Solpadeine, así como en drogas ilegales como la heroína. El cultivo de amapolas está regulado por la ONU, que ha aprobado a Australia como uno de los pocos países para la producción comercial legal.
Por medio siglo, el gobierno australiano le ha entregado esta licencia a Tasmania, creando un monopolio para los agricultores que equivale a 120 millones de dólares australianos (US$ 108 millones) al año. La isla es responsable de cerca de la mitad de la oferta mundial de analgésicos a base de opiáceo.
Cifras publicadas la semana pasada por la ONU revelaron que la demanda por analgésicos más que se triplicó entre 1993 y 2012 a un equivalente de 14 mil millones de dosis diarias. Se espera que la demanda aumente aún más a medida que los consumidores de clase media, particularmente en Asia, toman más de estos remedios.