Por S. Daneshkhu y H. Carnegy
Paris
Hay evidencia del éxodo de altos ejecutivos de Francia en medio de la lucha del presidente François Hollande con una economía estancada y bajos índices de popularidad.
Dos altos ejecutivos de Moët Hennessy, la unidad de champagne y cognac del grupo de lujo LVMH, se están mudando de París a Londres, y el jefe de Dassault Systèmes, unidad de software de Dassault Aviation, señaló que altos directivos de su firma se fueron y él considera lo mismo.
LVMH, controlada por Bernard Arnault -el hombre más rico de Europa- dijo a FT que las salidas no eran por razones impositivas.
En cambio, Bernard Charlès, CEO de Dassault Systèmes, ha criticado duramente los altos impuestos del gobierno socialista de Hollande y dijo a un diario local: “vivir en Francia se ha vuelto una gran desventaja. La contratación de altos ejecutivos deberá hacerse fuera de Francia”.
La solicitud de Arnault de la ciudadanía belga desató un fiero debate en Francia sobre emprendimiento, patriotismo y altos impuestos.
La producción cayó 1,2% en enero, mientras la popularidad de Hollande cayó este mes a un 30%. El desempleo está en 10% y el gobierno intenta recortes para limitar el déficit presupuestario.
El gobierno mira hacia la industria para reimpulsar la economía, pero Charlès dijo que los impuestos “han puesto en peligro todo el sector digital”. Criticó el aumento de impuestos al capital, opciones de acciones y premios por acción, al decir que en una venta de 28 millones de acciones que hizo en diciembre debió vender “más acciones de las que compré” para pagar un impuesto por el vencimiento de algunos valores.
Agregó que consideraba “en todos los aspectos” una propuesta de su presidente para abandonar Francia. Consultado sobre si otros ejecutivos de la compañía ya se fueron, respondió: “sí”.
El gobierno ha negado el éxodo impositivo y denuncia como “ataque a Francia” las críticas como las formuladas en febrero por un empresario estadounidense, según el cual sería “estúpido” comprar una fábrica gala.
LVMH dijo que el belga Christophe Navarre, CEO de Moët Hennessy, cuya base familiar está en Londres, “paga y continuará pagando sus impuestos en Francia, donde tiene una residencia, como hace en Londres y Miami”.
Una fuente cercana a la firma señaló que otros miembros del directorio se están mudando a Singapur y Suiza.