Por Quentin Peel
Berlín
A tan sólo cinco semanas del día de las elecciones en Alemania, un tema principal ha fracasado en despegar como una pregunta decisiva que separa a los principales partidos políticos: Europa y la crisis de la eurozona. Pero el único partido político que quiere enfocarse en el tema –el recién fundado Alternativa para Alemania (AfD, su sigla en inglés) que hace campaña para la disolución de la eurozona- podría inclinar la balanza.
Bernd Lucke, el profesor de política de Hamburgo que lidera la campaña, es insistente con que espera ganar más del 5% de los votos y más de diez escaños en el Bundestag, lo que podría complicar enormemente a la formación de cualquier colación de gobierno después del 22 de septiembre.
Una encuesta advirtió el viernes que el apoyo para el partido podría ser mayor que el 2%-3% que actualmente registra en los sondeos. Si cruza el umbral de 4%, la representación en el parlamento estaría en el rango, acotó el académico.
“El problema es que varios votantes que están inclinados a apoyar al partido no lo admitirán”, comentó Manfred Güllner, titular del instituto Forsa. “Pensé por un largo tiempo que no tenían oportunidad, pero ahora ya no estoy tan seguro”.
A pesar de la evidencia de que más de uno cada cinco alemanes votantes podrían optar por el AfD, hasta ahora el partido ha fracasado en irrumpir en la política establecida. Las principales encuestas de opinión, incluyendo Forsa, ubican su respaldo en 2%-3%.
Fundado por una alianza de profesores de economía, abogados constitucionales y comentaristas conservadores, el AfD es extremadamente crítico del manejo de la eurozona que ha tenido la coalición de centro derecha de Angela Merkel. Quieren una nueva moneda limitada a Alemania y a países afines del centro y el norte de Europa.
Quieren que los países del sur de Europa golpeados por la crisis, incluyendo Francia, dejen la eurozona, y un nuevo euro basado en unión monetaria muy reducida, con reglas muy estrictas, prohibiendo los rescates y permitiendo a los países que se retiren. Lucke afirmó que los países golpeados por la crisis eran incapaces de competir con Alemania y deberían poder devaluar para revivir sus crecimientos económicos.
“Estamos buscando un resultado de más de 5% para llegar al Bundestag. Nuestra meta primaria no es hacer la vida de Merkel más difícil o hacer, de alguna manera, imposible gobernar Alemania, sino que dar a los partidos establecidos una buena razón para repensar las políticas”.
El profesor Lucke insiste en que el partido no es de derecha, pero el profesor Güllner dice que su principal respaldo viene del lado conservador del espectro político.
El partido de Merkel, Unión Demócrata Cristiana, el Partido Socialdemócrata, los ecologistas y el Partido Democrático Liberal han buscado ignorar satisfactoriamente al AfD, aduciendo que atacando sus políticas de partido sólo van a generar más atención.
“No estamos preocupados sobre el AfD. Sólo tiene un mensaje: dejar el euro. Eso no puede ser una solución para Alemania. El foco europeo de esta coalición no está en duda”, señaló el ministro de Economía y líder de los liberal-demócratas, Philipp Rösler.