Las Islas Caimán podrían perder protagonismo, ahora que los fondos de capital riesgo, que intentan recortar su factura fiscal, cuentan con una alternativa a 3.600 metros sobre el nivel del mar, a los pies del Himalaya. El único inconveniente es que, de optar por esta posibilidad, estarán siendo partícipes de la estrategia de China para controlar el Tíbet.
Las autoridades de la prefectura de Shannan, ubicada en el Tíbet, entre Lhasa y el reino budista de Bután, han comenzado a ofrecer generosas exenciones fiscales y otros incentivos en su intento por convertirse en un refugio para fondos de capital riesgo y empresas inversoras.
Incentivos en la mesa
Aunque hay distintas ciudades de China que compiten por atraer inversionistas, según los expertos, los incentivos que ofrece Shannan son excepcionales. Los atractivos para los fondos de capital riesgo de establecerse en el Tíbet forman parte del plan del gobierno chino destinado a desarrollar la economía de la zona, mientras aumenta su control en la región autónoma.
De los 300.000 habitantes de Shannan, más del 90% pertenecen a la etnia tibetana.
Tíbet ha introducido un impuesto de sociedades para los inversionistas de sólo el 15%, muy inferior al 25% contemplado a nivel nacional.
Las empresas que paguen más de 5 millones de yuanes chinos (614.000 euros) en impuestos pueden desgravarse hasta un 40% de esa cantidad.
El gobierno tibetano ha puesto, además, un impuesto medio del 20% a los ingresos de algunos socios de empresas de capital riesgo, un gran descuento sobre la tarifa nacional del 45%, que suelen pagar las rentas más altas.
A diferencia de otras regiones de China, no exige que los fondos que se registren en el Tíbet inviertan en empresas locales: basta tener domicilio fiscal en la región. “En muchas ciudades chinas, sobre todo en Pekín y Shanghai, se ofrecen condiciones especiales a las firmas de capital riesgo. Sin embargo, en el último año, ha habido muchos más inversores que hablan del Tíbet y que se están planteando desplazarse allí”, explica Wang Jinghe, un abogado que trabaja en Shanghai.
Wang recordó que los visitantes extranjeros necesitan permisos especiales para entrar en el Tíbet y que éstos pueden ser difíciles de conseguir.
Según las autoridades de Shannan, los ingresos fiscales de la región registrados en la primera mitad de 2013 experimentaron un incremento del 110% respecto al mismo período del año anterior.