Por John Gapper
Con su venta de aviones A350 eficientes en uso de combustible a Japan Airlines esta semana, Airbus entró a un mercado que, hasta ahora, Boeing tenía controlado. También probó el punto de Boeing. La era de los proyectos de la gran aviación, simbolizada por la decisión de Airbus de hace más de una década en construir el A380 como un rival superjumbo para el Boeing 747, llegó a su fin.
Las aerolíneas no quieren jumbos. Prefieren aviones medianos baratos para volar y que sean fácil de desplegar, como lo será el Boeing 787 si la compañía puede evitar que se incendien sus baterías de iones de litio.
Proyectos ambiciosos
El campeón restante de un gran proyecto es Boris Johnson, el alcalde de Londres, que quiere cerrar el aeropuerto de Heathrow y construir un nuevo súper aeropuerto central al este de la ciudad. Incluso François Miterrand, el presidente de Francia que construyó los proyectos parisinos, y cuyo hermano una vez administró Aérospatiale, puede haber considerado eso como ambicioso.
No sólo tiene el olor de un proyecto vanidoso, sino que también el de una época anterior, cuando Boeing pretendía construir el Sonic Cruiser, un sucesor del Concorde. Se convirtió en el 787 en 2003, a medida que los precios del petróleo subieron y las compañías aéreas se centraron en la eficiencia. Airbus, que invirtió US$ 15.000 millones en el A380, se vio obligado por las aerolíneas a seguir con el A350.
Boeing estaba en lo correcto. Es probable que Airbus nunca recupere los costos de desarrollo del A380 y está teniendo problemas para reunir las 30 órdenes al año que necesita para obtener un ganancia marginal. Mientras tanto, las compañías aéreas como Lufthansa y JAL están dejando las flotas ruidosas y de alto consumo de combustible del 747 y comprando A350 y 787.
Muchos aviones A380 en servicio están volando con las aerolíneas Emirates y Etihad, con hubs que son “súper connectores” para el tráfico de pan-continental. La mayor parte del crecimiento será en aviones de un solo y doble pasillo -que a menudo llevan a sus pasajeros directamente a destinos- y muchos de ellos propiedad de las aerolíneas de bajo costo.
“El A380 es un avión de nicho”, comentó Nick Cunningham, analista en Agency Partners. “El nicho existe, pero no es tan grande”, acotó.