Por Anatol Lieven,
Londres
Mucho se desconoce sobre los atancantes de Boston, en particular los detalles de qué los llevó a cometer los asesinatos. No sabemos si es que estaban actuando por cuenta propia o si es que estos hombres jóvenes, que habían vivido en EEUU por una década, fueron radicalizados por alguien más. Las raíces chechenas de su familia podrían, sin embargo, ser pertinentes.
Esta es la primera vez que la violencia relacionada con el Cáucaso ruso ocurre en EEUU, pero no es la primera vez que los estadounidenses han sido atacados por chechenos. Desde mediados de los ‘90, han existido lazos estrechos entre los grupos militares radicados en el norte del Cáucaso y los talibanes afganos y Al Qaeda. Desde que el ejército ruso reconquistó Chechenia, han habido numerosos informes de militantes chechenos y de otros musulmanes rusos trasladándose a Afganistán y áreas vecinas y participando en ataque contra las fuerzas occidentales, afganas y paquistaníes ahí.
La historia moderna del extremismo islámico en la región data de los ‘90, y la sangrienta guerra chechena de 1994-1996, cuando el presidente Boris Yeltsin envió al ejército ruso a obligar a Chechenia a que vuelva a la Federación Rusa.
Cuando la guerra comenzó, la lucha chechena era casi unánimemente nacionalista, no islámica. Tanto el presidente checheno, Dzhokar Dudayev, como su jefe de gabinete, el coronel Aslan Maskhadov, eran ex oficiales del ejército soviético. Una gran mayoría de los chechenos votó por Maskhadov y en contra de los candidatos islámicos en las elecciones presidenciales de 1997.
Pero la guerra atrajo a militantes islámicos internacionales, con agendas que iban más allá de Chechenia. Ellos fueron liderados por un saudita veterano de la guerra afgana de los ‘80, bajo el seudónimo de Khattab, quien murió en 2002.
Los éxitos militares del muyahidín árabe en Chechenia en 1995-1996 los llevó a una alianza con los comandantes líderes chechenos. Luego del retiro del ejército ruso a fines de 1996, los islámicos y sus aliados chechenos convirtieron a Chechenia en una base desde donde intentar sacar a Rusia desde todo el norte del Cáucaso y crear un emirato islámico.
En 1999 hubo una segunda guerra, en la que los rusos lograron derrotar a los chechenos y los islamistas. Sin embargo, los islámicos se extendieron a otras zonas del norte y realizaron diversos actos terroristas.
Ya en los ‘90 el sitio web de Khattab explicitaba la cercanía entre su grupo y Al Qaeda y también que, mientras Rusia era el enemigo inmediato, los islamistas internacionales en el Cáucaso y sus aliados chechenos compartían plenamente el odio de Al Qaeda hacia EEUU. Por lo tanto, los ataque de Boston podrían no sólo ser el trabajo de los resentimientos personales de dos infelices jóvenes chechenos-estadounidenses, sino que también podría reflejar un antecedente profundo y terrible en la historia moderna del Cáucaso.