Por E. Rigby y H. Kuchler/M. Johnson
Londres/Madrid
El Reino Unido denunció ayer los controles fronterizos de España sobre las personas que entran a Gibraltar como “políticamente motivados y totalmente desproporcionados”, mientras Downing Street advirtió a Madrid que estaba “considerando seriamente” acciones legales por la disputa.
Se espera que el primer ministro británico, David Cameron, tome una decisión pronto sobre qué acción llevar a cabo luego de que su apelación a Mariano Rajoy, su contraparte española, la semana pasada no aliviara las tensiones diplomáticas.
El Reino Unido podría pedirle a la Comisión Europea que intervenga contra España en su nombre o podría optar por tomar acciones legales directas contra Madrid.
“Nuestra preferencia es reducir la intensidad, pero no estamos esperando que eso pase antes de delinear los futuros pasos”, afirmó un asesor de Downing Street. “No queremos dañar las relaciones, pero estos retrasos son inaceptables”.
España desafió las amenazas británicas al insistir en que sus chequeos fronterizos -que han causado grandes retrasos para la gente que entra al disputado territorio británico- eran esfuerzos legítimos para combatir el contrabando. Las tensiones se agudizaron este mes por los derechos pesqueros en las aguas de Gibraltar.
España aseguró que estaba considerando unirse con Argentina para lanzar una ofensiva diplomática conjunta en contra del Reino Unido a través de la ONU.
Un funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores de España declaró que Madrid podría usar un viaje de José Manuel García-Margallo, jefe de la cartera, a Buenos Aires en septiembre para colaborar con los temas de Gibraltar y las Islas Malvinas.
Buques de guerra de la Marina Real se dirigen a Gibraltar en una movida que los funcionarios de defensa enfatizaron que era un despliegue de rutina.