Observadores europeos serán enviados a la frontera de Gibraltar en un intento por distender la cada vez más díscola disputa entre el Reino Unido y España por la península.
En el día en que los barcos navales británicos llegaron al territorio, el gobierno español y la Comisión Europea acordaron que una misión de la UE debería ayudar a negociar un pacto entre los dos países.
El jefe del gobierno español, Mariano Rajoy, habló ayer con José Manuel Barroso, presidente de la comisión, para acordar la movida.
Rajoy le dijo a Barroso que los controvertidos controles limítrofes de España eran “proporcionados y no discriminatorios”, argumentando que eran necesarios para “verificar que la actividad económica en Gibraltar no viola la ley europea respecto del lavado de dinero, el contrabando y los impuestos”.
Sin embargo, el gobierno británico plantea que las inspecciones, que han causado filas de hasta cuatro horas, van en contra de la ley de la UE. La administración afirmó ayer que los funcionarios británicos estaban reuniendo evidencia desde la frontera en preparación para una posible demanda legal en las cortes europeas.
Downing Street aseguró: “estamos considerando activamente la acción legal. El primer paso sería que la comisión investigue el tema. El primer ministro le aclaró al presidente Barroso que esto era algo que debía ocurrir urgentemente. En última instancia, esto es sobre el derecho de libertad de movimiento”.
El gobierno detalló que estaba recopilando su propia evidencia para apoyar el caso, pero admitió que esto podría tomar meses o incluso años.
Impuesto ilegal
Mientras tanto, los funcionarios británicos están esperando que la presión por parte de la UE ayude a persuadir a los españoles de echarse para atrás.
La administración de David Cameron recibió un estímulo ayer cuando un vocero de la Comisión Europea declaró que la idea propuesta por el ministro de Relaciones Exteriores español de imponer un impuesto de 50 euros sobre la gente o los bienes que salen de Gibraltar sería ilegal.
Pero los españoles insisten en que están satisfechos con el involucramiento de la UE en el pleito, diciendo que quieren que la comisión investigue la disputa pesquera -causa inicial del conflicto- y el desacuerdo fronterizo.
Como es poco probable que una larga demanda legal dé resultados en el corto plazo, Downing Street rechazó descartar usar el “ojo por ojo” contra los españoles para que relajen sus controles limítrofes.
En tanto, tres buques navales ingresaron ayer a Gibraltar como parte de una delegación planeada hace tiempo con rumbo a Medio Oriente.