Por L. Hook y S. Rabinovitch, Beijing
Beijing emitió una nueva advertencia contra las devaluaciones competitivas por parte de los países ricos, diciendo que los mercados emergentes pagarán el precio por las llamadas guerras de divisas.
“Para la economía global este año, estoy preocupado por la inflación, la depreciación competitiva de monedas y los efectos negativos de desborde de la excesiva emisión de las principales divisas”, afirmó el viernes Chen Deming, ministro de Comercio de China.
Hablando en el Congreso Popular Nacional, Chen aseguró que la depreciación deliberada de las principales monedas podía tener un “impacto enorme” sobre los países en desarrollo, incluída China. Beijing ha expresado temores sobre que una guerra cambiaria dañará a sus exportadores y al mismo tiempo elevará el costo de los commodities globales, alimentando la inflación en China, que depende fuertemente de importación de recursos naturales.
Las preocupaciones globales sobre la devaluación competitiva han estado al alza desde enero, cuando Shinzo Abe, el primer ministro japonés, anunció que Japón compraría bonos del gobierno en cantidades potencialmente ilimitadas para estimular la economía y subir la inflación.
El jueves, el Banco Central Europeo reiteró su compromiso con una postura monetaria “flexible” mientras la zona euro enfrenta un desempleo histórico.
Chen instó a los banqueros centrales y a los ministros de Finanzas de las otras naciones del G20 a que mantengan su compromiso, expresado en una reunión en Moscú el mes pasado, de no “apuntar a nuestros tipos de cambio por motivos competitivos”.
Desde hace tiempo Beijing está preocupado porque podría estar en el lado receptor de flujos de dinero debido a la política monetaria flexible en las economías desarrolladas.
Desde fines del año pasado, cuando las bolsas chinas comenzaron a recuperarse y la caída del yen se profundizó, ha habido señales de crecientes flujos de capital. El banco central de China informó esta semana que las firmas e individuos vendieron 684 mil millones de yuanes (US$ 109 mil millones) en tipo de cambio y compraron una cantidad equivalente en moneda china en enero, un récord para un solo mes.
China también tiene más de US$ 3 billones (millones de millones) en reservas extranjeras, las mayores del mundo, dejando al país particularmente vulnerable a las pérdidas relacionadas a depreciaciones.
Yi Gang, el vicegobernador del banco central, dijo hace unos días que China esperaba que se evitara una guerra de divisas, pero que tomarían medidas para asegurarse frente a la posibilidad.
El banco central comenzó a aumentar los retiros de dinero de la economía, una manera de disminuir el impacto inflacionario de los flujos.