El año pasado los consumidores estadounidenses aprovecharon los precios bajos de la gasolina para conducir más y gastar más en restaurantes y en tiendas minoristas, y usaron la mayor parte del dinero que habían ahorrado, debido al descenso de los precios del petróleo.
Un estudio del JPMorgan Chase Institute que analizó una muestra anónima de datos de un millón de clientes de Chase, en 23 estados del país, mostró que los hogares gastaron 58% de sus ahorros potenciales derivados de los precios bajos del petróleo en 2015. Los beneficiarios principales de este gasto fueron los restaurantes y las tiendas de retail, conforme estos hogares incrementaron en US$200 el gasto en bienes y servicios no relacionados con la gasolina.
Los reducidos precios del combustible también provocaron cambios en los hábitos de viaje de las familias, que gastaron US$150 de sus ahorros potenciales en las estaciones de servicio y menos en transporte público. Aunque los precios de la gasolina resultaron ser 25% más bajos en 2015 comparado con 2014, el gasto en las gasolineras sólo se redujo en 19%, según la investigación.
“El incremento en el gasto en las estaciones de servicio podría atribuirse al alza en el número de galones que se adquirieron, a la compra de opciones más caras de gasolina, o a un incremento en las compras en las tiendas ubicadas en las estaciones de servicio”, indicó el informe. “En 2015, esto contribuyó a una inversión de la tendencia a la baja del consumo de gasolina y de kilómetros recorridos por vehículo de los últimos cinco años”.
El resultado de los ahorros estadounidenses en la bomba de gasolina ha sido el objeto de un intenso debate desde que comenzaron a bajar los precios del crudo. Algunos economistas han argumentado que las familias estaban ahorrando más, pero el análisis de JPMorgan sugiere que un gran porcentaje de los hogares gastaron la mayoría de su ahorros potenciales de US$630 de 2015. Los precios promedio de la gasolina, según JPMorgan, fueron de US$2.60 en 2015, comparado con US$3.47 el año anterior.
Una porción del 45% del dinero ahorrado en la compra de gasolina, o US$200, se usó para comprar productos y servicios no relacionados con el combustible, principalmente en restaurantes y tiendas minoristas. La preocupación es que estos sectores podrían ser vulnerables a un revés si aumentan los precios del petróleo, señaló JPMorgan.
Otros gastos
Así que, ¿dónde se gastó el resto de estos ahorros imprevistos? Alguna parte de los ahorros tal vez se haya usado para comprar vehículos y otros bienes duraderos, los cuales no aparecen en las transacciones de tarjeta de débito o crédito. Además, los hogares tal vez hayan ahorrado aún más, conforme aumentó la tasa de ahorros personales de 4,8% en 2014 a 5,1% en 2015, según datos oficiales.
Los ahorros potenciales derivados de la reducción de los precios de la gasolina fueron significativos para la mayoría de las familias estadounidenses. Para un hogar de clase media, equivalieron a más del 50% del alquiler o pago hipotecario mensual.
Además, según las conclusiones del estudio, los hogares cuyos ingresos eran menores de US$30.000 fueron los más beneficiados: el dinero que ahorraron debido a los precios más bajos de la gasolina fue el equivalente a un aumento de 1,4% de su ingreso discrecional.
A pesar del reciente tumulto económico y político, autoridades estadounidenses han dependido de las familias para apoyar el crecimiento doméstico en la segunda mitad de este año. Las actas de la última reunión de la Reserva Federal demostraron que los participantes pensaban que el crecimiento del gasto del consumidor había aumentado en el segundo trimestre en comparación al primer trimestre. Sin embargo, algunos advirtieron que la desaceleración del crecimiento del empleo y el aumento de los precios de la energía podrían limitar los gastos de consumo.