Por Jonathan Soble
El compromiso de Shinzo Abe para revivir la economía japonesa a través de la desregulación fue atacado por un aliado cercano a medida que surgen las preocupaciones en el Banco de Japón por la lucha contra la deflación, un elemento central de la agenda Abenomics del primer ministro.
Hiroshi Mikitani, el multimillonario de Internet que asesora al primer ministro como miembro del Consejo de Competitividad Industrial, amenazó con renunciar ante una punzante evaluación del gobierno sobre la liberación de venta de medicamentos.
“Si Abe no puede decidir sobre esto, yo no puedo decidir sobre nada”, dijo.
Mientras, los miembros del directorio del Banco de Japón han expresado su preocupación debido a que los ingresos no siguen el ritmo de precios al consumidor más elevados. Los salarios más altos son un componente clave del plan de Abe para terminar el ciclo deflacionario de Japón y estimular el crecimiento, pero ha encontrado oposición de los grupos empresariales.
Las declaraciones de Mikitani expusieron profundas divisiones dentro de la administración de Abe sobre las propuestas para la reforma estructural que promoverá la competitividad. El premier ha descrito dicha reforma como el elemento más importante de su campaña para poner fin a dos décadas a la deriva económica. Sin embargo, los críticos dicen que sus ambiciones en varios otros frentes también se han retrasado.
Mikitani, director ejecutivo de Rakuten, la mayor empresa de comercio electrónico de Japón, se quejó de los “estúpidos e irracionales conflictos que atraviesan el debate sobre la desregulación”. Comentó que estos problemas se ejemplificaron con la ley de medicamentos, que fue una de las primeras reformas prometidas por Abe después de su elección el año pasado.
“Es una dirección deplorable a la que nos estamos moviendo”, dijo Mikitani. “Las propuestas que están tratando de enviar son ridículas”, acotó.