Los escándalos de corrupción y prácticas reñidas con la ética que han sido revelados recientemente en Chile siguen generando repercusión en la prensa internacional. A los artículos de El País, Wall Street Journal y el Financial Times, entre otros, se suma ahora el New York Times, periódico que abordó la llamada "crisis de confianza" en las instituciones que enfrenta el país.
"Chile Joins Other Latin American Nations Shaken by Scandal", es el título de la nota del periódico estadounidense que pone a nuestro país a la par de otros escándalos que se han destapado en países latinoamericanos, como la muerte del fiscal Alberto Nisman en Argentina, la salida de la primera ministra de Perú y el esquema de corrupción en la petrolera brasileña Petrobras.
Sin embargo, el diario sugiere que el país está mejor posicionado que sus vecinos para superar estos obstáculos.
Después de describir los detalles del caso Caval, el caso Penta y SQM, el NYT asegura que "por supuesto, Chile no está solo al enfrentar temas de privilegios y política en Latinoamérica, o en otras partes del mundo".
"Haciendo eco de otros escándalos en la región, algunas de las prácticas expuestas por Penta –el grupo financiero cuyos ejecutivos están encarcelados– y SQM –la compañía minera investigada por el pago a figuras políticas– parecen incluir maneras ilícitas de evadir impuestos, financiar campañas e influenciar a políticos", afirma el artículo.
Sin embargo, aclara que la mayor sensibilidad sobre la corrupción en Chile y otros países latinoamericanos refleja el fortalecimiento de la clase media de la región, junto con un creciente sentido de ciudadanía que exige mayores estándares éticos de los líderes políticos. "Con el crecimiento económico desacelerándose en toda la región, los ánimos están más candentes", describe.
La publicación destaca que Chile tiene ventajas importantes para limitar el ámbito de corrupción, incluyendo una sociedad civil vibrante y un poder judicial independiente.
Pese a que la economía crecerá 2,5% este año, menos que en años recientes, esa es una tasa envidiable para países como Argentina, Brasil y Venezuela.
Por eso, el NYT concluye que los escándalos, pese a ser impactantes en Chile, están en una escala distinta a los otros de la región.