La difícil promesa de Tesla de un automóvil eléctrico masivo
La firma anunció un recorte en los precios de venta, pero aún están lejos de lo que muchos consumidores esperaban. Y bajarlos mucho más pondría en riesgo su rentabilidad.
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El año pasado, con la espalda contra la pared, el director ejecutivo Elon Musk finalmente probó que Tesla podía acelerar significativamente los niveles de producción para su Modelo 3, incluso si se lograba más tarde y en menores volúmenes de lo que él había prometido.
Este año, tendrá que hacer algo mayor. Producir a escala ya no es suficiente. Musk finalmente está llegando al momento de la verdad para su propuesta de un automóvil eléctrico de mercado masivo: ¿puede lograr que el precio sea lo suficientemente bajo para generar una demanda verdaderamente amplia, al mismo tiempo que genera el tipo de ganancia necesario para justificar la valoración de su compañía? Después de todo, Tesla aún vale más que General Motors, que vendió cerca de 40 veces el mismo número de vehículos el año pasado.
En base a la evidencia del primer día de operaciones en Wall Street del nuevo año, las señales difícilmente son alentadoras. Por derecho propio, Tesla debió haber tenido un trimestre explosivo a fines del año pasado. Finalmente, ha estado produciendo suficientes unidades del Modelo 3 para comenzar a hacer frente a la demanda, y ha resuelto el peor momento de sus cuellos de botella en las entregas.
Los clientes potenciales en EEUU, que representan casi todas las ventas de la firma en este momento, también tenían una motivación poderosa para comprar. A fines del año pasado, el crédito federal que podían exigir por comprar un auto eléctrico se recortaría a la mitad hasta los US$ 3.750.
Las cifras de ventas del cuarto trimestre publicadas el miércoles mostraron que Tesla había aumentado sus entregas de vehículos por un factor de tres en comparación con el año pasado. Pero ello aún era menos que algunas estimaciones, y no impresionó a los alcistas que han protegido a Tesla de la caída de las bolsas en las últimas semanas.
Para añadir más incomodidad a los inversionistas, Tesla también dijo que bajaría en US$ 2 mil el precio de todos sus vehículos en EEUU para compensar parte del beneficio tributario perdido. Para poner eso en perspectiva: la firma sólo logró ganancias de cerca de US$ 3 mil por cada auto entregado, en lo que fue ampliamente visto como un tercer trimestre estelar.
La presión no bajará a medida que avanza el año. El crédito tributario federal bajará a la mitad nuevamente en el segundo semestre, antes de desaparecer por completo en 2019. A medida que los incentivos se evaporan, hay riesgo de que el sueño de un automóvil eléctrico verdaderamente masivo seguirá perdiéndose en la distancia.
De la promesa a la realidad
Hace tres años, cuando Tesla abrió por primera vez sus puertas a clientes potenciales para un automóvil que aún estaba lejos de producción, Musk habló de un precio inicial del vehículo de
US$ 35 mil. Tras tomar en cuenta el crédito tributario y los incentivos adicionales de muchos estados del país, como uno de US$ 2.500 en California, muchos eventuales compradores creyeron que podrían adquirir uno de los vehículos más tecnológicamente avanzados del mercado por un precio neto de apenas US$ 25 mil.
Musk se jactaba en ese momento de que las "órdenes" inundaban a la firma. Pero en la realidad eran depósitos completamente reembolsables de US$ 1.000 que le daban a los potenciales compradores un lugar en la fila. Estaban poniéndose en línea para un auto eléctrico de bajo costo que aún no llega.
El fuerte desempeño de Tesla en el tercer trimestre del año pasado llegó en un momento en que el precio mínimo de un Modelo 3 era de US$ 49 mil. Muchos clientes estaban pagando más por características adicionales, como un software de piloto automático.
La debacle de los precios
Cerrar la brecha entre la promesa y la realidad deja a Musk con una decisión difícil. Si mantiene los precios en un nivel en que Tesla pueda probar que es una empresa sostenible -una meta a la que él le ha dado importancia en los últimos meses-, el Modelo 3 podría nunca salir del mercado premium. Menos de un cuarto de las órdenes que recibió Tesla en el cuarto trimestre vinieron de personas que ya estaban en la lista de reservas, una señal de lo mucho que le queda al Modelo 3 para cumplir su promesa.
Si baja los precios mucho más, sin embargo, Tesla podría verse atrapada en la misma posición de bajos márgenes que tienen otros grandes fabricantes, con una valoración de mercado acorde. Los costos de producción deberían bajar a medida que suben los volúmenes y Tesla encuentra formas menos costosas de fabricar sus vehículos. Pero encontrar ahorros suficientes para bajar el precio de venta y al mismo tiempo compensar la pérdida de los beneficios tributarios será difícil.
Con un nuevo precio base en EEUU de US$ 43 mil, el auto eléctrico Modelo 3 sigue siendo un fenómeno. Tesla se jactó esta semana de que se convirtió en el vehículo premium de mayores ventas en su mercado doméstico el año pasado, con cerca del doble de las ventas de su competidor más cercano.
Pero el riesgo para Musk es que esto no sea suficiente para convertirlo en el automóvil que cambiaría el mundo y que al que él siempre ha aspirado a construir. Y puede ser difícil llegar algún día a producir los retornos que esperan quienes apuestan por Tesla.