La justicia francesa imputó formalmente a la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, por su participación en el llamado caso Tapie, al considerar que cuando era ministra de Economía de Francia actuó “con negligencia” en un arbitraje entre el empresario francés Bernard Tapie y el banco Crédit Lyonnais.
La investigación estudia la indemnización por
US$ 531 millones que el gobierno de Nicolas Sarkosy autorizó como compensación por las supuestas pérdidas que el empresario francés, amigo del entonces presidente, sufrió tras la venta de Adidas por parte del Crédit Lyonnais.
Lagarde, sin embargo, aseguró a la agencia France Presse que no dimitirá de su cargo, señalando que vuelve a su puesto de trabajo en Washington “esta misma tarde (la tarde de ayer)”.
Además, calificó de “totalmente infundada” su imputación.
La responsable del FMI, que declaró el martes durante 15 horas ante la comisión de instrucción creada por la Corte de Justicia francesa, ha sido interrogada por este organismo en cuatro ocasiones. Hasta ahora, sin embargo, no había sido imputada.
Tendrá repercusiones
Aunque la funcionaria aseguró que citará a una reunión del organismo para explicar el caso y que no abandonará sus funciones, dentro del Fondo han surgido dudas sobre su situación.
El representante de Brasil en el FMI, Paulo Nogueira Batista, señaló que “tenemos que estudiar qué significa esto, en términos de, por ejemplo, su capacidad para desempeñar sus deberes de directora gerente y las implicancias reputacionales para el Fondo”. El delegado sudamericano agregó que no se trata de “un hecho trivial”.
Recordando el caso de su predecesor, Dominique Strauss-Kahn, acusado en 2011 de abuso sexual, Nogueira agregó que “no ayuda a la reputación del Fondo después de lo que ocurrió en el pasado tener a un segundo director gerente bajo investigación formal”.