El mayor banco suizo, UBS, acusó
a Washington de ignorar la soberanía del país y de obligar a sus
empleados a violar el derecho penal suizo.
Esa es la respuesta de los abogados de UBS a la denuncia
presentada por el fisco estadounidense ante un tribunal federal de
Miami.
Las autoridades estadounidenses exigen a UBS que, tras la entrega
de los nombres de 300 clientes que presuntamente han defraudado al
fisco, revelen los titulares de otras 52.000 cuentas secretas
sospechosas del mismo delito.
Los abogados de UBS acusan a Washington de "forzar a los
empleados a violar el derecho penal suizo".
"Esa violación expondría a los empleados a penas de prisión
substanciales, multas y otras penalidades", precisan los abogados.
"El fisco estadounidense ignora simplemente la existencia del
derecho y de la soberanía suizas", agregan los letrados.
La Autoridad de Vigilancia de los Mercados Financieros de Suiza
(FINMA) autorizó el miércoles 17 a UBS -con el aval del gobierno- a
entregar de inmediato al Departamento de Justicia de EE.UU. los
nombres de unos 300 clientes estadounidenses a los que ayudó a
defraudar al fisco de su país, por lo que también pagará una multa
de US$ 780 millones.
La decisión, que supuso una "excepción" a la legislación que rige
el secreto bancario en Suiza, causó una polémica encendida y
generalizada en la sociedad helvética, y en particular entre la
clase judicial y política.
No obstante la entrega, al día siguiente de haber entregado los
datos, el fisco estadounidense planteó una demanda civil para
obtener los datos de otros 52.000 clientes, que representan unos
US$ 14.800 millones en activos.
El viernes, el Tribunal Administrativo Federal (TAF) decidió
prohibir a título "superprovisional" la transmisión de informaciones
de ocho clientes de UBS.
La decisión fue a la práctica en vano, porque los datos ya habían
sido transmitidos