Ayer fue el lanzamiento oficial del operador móvil virtual (OMV) Simple, ligado a Oliver Flögel -CEO de Microsoft Chile y ex gerente general de Movistar- junto a Clemente Canales, Daniel Jiménez y Alberto Warnken.
Desde su marcha blanca, que comenzó a principios de año, la operadora ha sumado cerca de tres mil clientes y espera cerrar 2015 con 20 mil abonados.
Sin embargo, la apuesta de la firma es más ambiciosa y apunta a saltar la frontera: ya están estudiando su ingreso a Colombia y México.
Víctor Fernández, gerente general de la firma, dice que la compañía tiene ventajas competitivas gracias a su modelo de negocio: una organización liviana cuya plataforma es Internet y es, justamente, eso lo que quieren replicar en otros mercados.
En el caso de México, Fernández señala que con una población de más de 120 millones de habitantes y una penetración de telefonía móvil que es baja, (recién llega al 87% a diferencia de Chile que ronda el 130%), las posibilidades para crecer son muchas, por lo que se hace atractivo llegar hasta allá.
Colombia, en tanto, llamó la atención de los socios de Simple porque es un mercado más maduro en telecomunicaciones, “donde se sabe que este modelo funciona”, explica Fernández.
Para el aterrizaje en ambos mercados aún falta concretar ciertas tareas. “Tenemos que ir zanjando cosas administrativas como la concesión o permiso de reseller, dependiendo del país y su regulación y el contrato con la compañía mayorista” y agrega que “la idea es replicar este esquema en todos los países, el tiempo consumido en trabajar es muchísimo menor. Pero también tenemos que ser conscientes de que el mercado chileno es excepcional dentro de la región. No se parece a ningún otro”, sostiene.
En Chile, Simple opera a través de las redes de Movistar, aunque Fernández explica que no necesariamente operarán con esa compañía en Colombia y México. “No tenemos un acuerdo regional con nadie, estamos abiertos a firmar con cualquier operador cuyas condiciones nos parezcan convenientes”.
La propuesta
La oferta comercial que oficialmente lanzó ayer la compañía consiste en diferenciarse de las otras operadoras a través de una estrategia en que los clientes cuentan con una tarifa única y pagan sólo lo que usan. Además, no tienen sucursales físicas: comprar un chip y luego cargar se hace exclusivamente a través de la página web.
“Hoy Chile es un mercado altamente competitivo pero comercialmente capturado por planes postpago y prepago con costos mayores a lo que realmente los personas necesitan para comunicarse. Una empresa como Simple puede llegar a segmentos que las operadores más grandes no pueden atender, ya sea por sus rígidos modelos comerciales o tarifas excesivas”, dice Fernández.
Sobre esta estrategia, el ejecutivo explica que todo el equipo de la compañía proviene de la industria de las telecomunicaciones por lo que “conocemos en detalle las oportunidades de crecimiento y creemos que aún existe espacio para ofrecer convenientes alternativas de comunicación para los usuarios del mercado chileno”.