Cuando llueve todos se mojan. Y algunos se mojan más que otros.
Ese parece haber sido el caso, al menos en el comportamiento bursátil, del retail durante las últimas semanas.
Las turbulencias económicas en el mundo, que se han traducido en
volatilidad en los mercados, ha hecho que los inversionistas castiguen
fuertemente a este sector, el mismo que hasta inicios de 2008, era
considerado la estrella de la industria nacional.
La razón no es otra que un pensamiento lógico. A menor crecimiento,
menor consumo; y a menor consumo, menor rentabilidad para estas
compañías.
Y si bien las firmas han manifestado, o al menos lo han analizado, su
deseo de paralizar algunas inversiones debido a la escasez de
financiamiento, sus proyecciones de consumo para 2009 no son para nada
negativas, ni tampoco restrictivas.
Lo que sí queda claro, en sintonía con los tiempos que corren, es que
la bonanza del retail quedará en pausa. Al menos hasta avanzado 2010.
Esa es la percepción que queda al escuchar a cuatro de los ejecutivos
de las compañías más grandes del país. Mosqueteros de un sector que
representa ventas equivalentes al 22% del PIB nacional, quienes –al
menos en lo que pregonan-, no temen a los coletazos de la crisis en
Wall Street.
En mejor pie
Y esa audacia la deben, según confiesa Claudio Hohmann, gerente de
asuntos corporativos de D&S, a la serie de experiencias pasadas que
han debido sortear. “Al comparar la crisis más reciente, la del 99,
vemos que en ese momento a D&S lo encontró con grandes inversiones
en el proyecto de hipermercados, en cambio ahora tenemos pocas
aperturas de hipermercados y muchas aperturas de estos formatos de bajo
costo que están dirigidas a segmentos C3, D y hasta el E. Así,
comparando crisis con crisis, ésta encuentra a la compañía no sólo más
grande, sino también con indicadores más favorables”.
Esa preparación es clave según el gerente corporativo de finanzas de
Ripley, Hernán Uribe. “Ninguno de nosotros es pitoniso para decir si
esto será o no grave. Lo que uno tiene que hacer es estar flexible para
acompañar a nuestro consumidor en lo que él quiera hacer. Si él quiere
gastar, tenemos que tener los productos, y si va a contenerse, debemos
tener la flexibilidad para recortar inventarios y recortar crecimiento”.
Tal como ellos, Pablo Alcalde, quien lleva diez años al mando de La
Polar, opina que el sector ha adquirido tal experiencia y
profesionalismo que una eventual recesión no los dejará en el suelo.
"Creo que ha habido una moderación del consumo, que pienso que será por
un período relativamente largo, y que se traducirá en menor
crecimiento, pero nunca que vamos a decrecer", explica.
No es la subprime chilena
Uno de los puntos sensibles, y por donde se ha castigado a las empresas
del retail, ha sido por la aparente enormidad de clientes con créditos
ya en curso. De hecho, comparable a juicio de muchos, con las
hipotecas basura en Estados Unidos.
De entrar el mundo en recesión, según los analistas, Chile verá
aumentar su nivel de desempleo, golpeando con ello la capacidad de pago
de los segmentos más vulnerables: el C3, D y E.
Sobre esto, Alcalde sale en defensa de estos grupos, donde concentra
sus fortalezas La Polar. "Creo que el sector C3 y D está siendo
analizado con una visión de una década atrás, más bien desinformada.
Ese segmento hoy corresponde a lo mismo que era el C1 hace una década.
Es un sector muy incorporado, donde el empleo ha crecido de manera
importante. Hace una década trabajaban 0,8 personas por cada uno de
estos hogares; hoy, 1,6. Por eso que el análisis que se hace del
segmento es menospreciar su capacidad de información, que se endeuda
con facilidad y que no cotiza", grafica el ejecutivo de la multitienda.
La enérgica defensa del segmento de Alcalde es refrendada por el
gerente general corporativo de Cencosud, Laurence Golborne, al ser
consultado si el retail puede ser una "subprime" chilena.
"Hay que poner esto en perspectiva. Hay una diferencia fundamental
entre cualquiera sea el riesgo de nuestras carteras con lo ocurrido con
la crisis subprime. Y se basa simplemente en el leverage. La plata que
nosotros hemos prestado está ligada con los accionistas y tiene una
relación de leverage bajo el 1. No estamos hablando de los niveles
bancarios que llegan a 10 a 1; 9 a 1 y menos al caso de Lehman Brothers
que estaba 33 a 1. Si hubiese algún riesgo, ese riesgo está cubierto
con el patrimonio de los accionistas", explica Golborne.
"No tiene ninguna comparación lo que es la solidez financiera de este
tipo de instituciones con respecto a la de un banco", agrega Uribe de
Ripley.
¿Se aprieta a los proveedores?
Pero la crisis financiera no sólo ha levantado sospechas sobre la
actual situación en que se encuentran los retailers o la cantidad de
créditos que tienen ya en circulación.
Además de ello, y ante el recorte al acceso a líneas de crédito en el
exterior, muchos han supuesto que podrían venir algunos ajustes de las
condiciones de pago hacia los proveedores, para que las firmas ganen
días extras de liquidez.
"Es un tema de confianza, de relaciones que se han construido durante
mucho tiempo y que son relaciones estables", comenta Alcalde, agregando
que "las empresas están estructuradas financieramente y no se puede
mover esto como si fuese un péndulo. Esta crisis no es algo que vaya a
acabar todo en 30 días o que vayamos a desaparecer en 30 días.
Compañías grandes como las nuestras no deshacen relaciones en treinta
días".
"Lo que dice Pablo es muy importante", acota Golborne. "Cuando le
preguntan a don Horst sobre la caída patrimonial de Cencosud, él
responde que los metros que teníamos de sala de venta siguen estando
ahí, los clientes siguen llegando ahí, los productos se siguen
vendiendo, por lo tanto… ¡de qué están hablando! Lo relevante es la
relación de largo plazo con los clientes y con los proveedores, y el
resto no se ha visto alterado", puntualiza.
El dólar no jugará a favor
Pese al optimismo -o tranquilidad-que reina entre estos representantes
del retail, cuyas empresas en conjunto facturaron US$ 14.000 millones
al cierre de 2007, el escenario actual y futuro no está fácil.
Además de una menor liquidez en los mercados, y de una disminución en
el consumo (jamás contracción como aseguran), el alza del dólar ya
comienza a pasar la cuenta en los inventarios.
"Nosotros tenemos todo cubierto. Tanto por el lado de inflación, como
por el lado del tipo de cambio", asegura Uribe. Él cree que, si bien en
esta 'pasada' pueden verse beneficiados al haber comprado inventarios a
$460 y hoy está a $650, de seguir la tendencia alcista, podría afectar
el consumo, ya que como aseguran al unísono, el retail es un
intermediario entre los proveedores, sea de donde sean, y los
consumidores.