Con el objetivo de adelantarse a posibles escenarios de sequía, Viña Montes está realizando una serie de ensayos en el sector de Marchigüe, en la zona costera de la Sexta Región, que busca determinar cómo las distintas cepas de uva reaccionan con un suministro cero o mínimo del agua de riego que se requiere en una temporada.
En este contexto, la empresa lanzó hace algunas semanas Montes Taita 2007, una variedad cuyas uvas fueron plantadas en un sector con suelo arcilloso y cuya particularidad está en que hace millones de años existió un glaciar, lo que ayudó a la retención de humedad y a que no requiriera sistemas de regadío.
La iniciativa se sumó a otros dos ensayos que han concluido una reacción de calidad y rendimiento igualmente favorable para la variedad Syrah, pero menos beneficiosa para el Carmenere, que ha resultado ser muy sensible en su relación agua/calidad, explica Betzabé Galaz, encargada de innovación y desarrollo de Viña Montes. “Con estas pruebas nos dimos cuenta de que las plantas sobreviven con poca o nula agua, que los rendimientos disminuyen en comparación con el riego normal, pero que siguen siendo buenos, y que aumenta mucho la calidad de la uva y, por ende, del vino”, detalla la experta.
Es inevitable que sin riego el rendimiento de la uva baje, añade, por lo que su calidad debe aumentar considerablemente. “Vamos a tener menos fruta, pero si es de una calidad superior, el negocio será rentable”, precisa Galaz.
Los estudios se están ampliando a otras cepas, como Merlot y Cabernet, y contemplan inversiones por $ 100 millones para la próxima temporada.
Menos evaporación
Viña Montes también está impulsando iniciativas para reducir la evaporación del agua en los cultivos. La primera, realizada con aportes del Conicyt ($ 30 millones), apunta a determinar a qué altura pueden cortarse los brotes de las plantas, que por lo general tienen un largo de 1,10 metros, para reducir su área foliar y evapora-transpiración. La técnica ha permitido ahorrar hasta 10% de este recurso. “La planta pierde agua a través de las hojas, por lo que si tiene una menor cantidad de ellas, menos agua perderá y menos agua necesitará”, precisa.
El otro proyecto, impulsado con fondos de InnovaChile de Corfo
($ 60 millones), consiste en poner en las sobrehileras (base) de los viñedos una cubierta de corteza de pino para evitar que el agua de riego se evapore rápidamente. De esta forma, la firma ha ahorrado 19% de agua en dos temporadas.