Por Francisca Orellana
Con 80 años en la industria de equipamiento clínico y gastronómico, Oppici se apronta a nuevos proyectos e incursionará en el desarrollo de productos clínicos biodegradables, preparándose para iniciar las exportaciones a África.
La firma, que factura cerca de US$ 10 millones, fue una de las primeras en Chile en fabricar, en 1940, desde loncheras hasta hornos industriales, además de introducir el acero inoxidable en la producción de estos elementos. La clave, explica Ercole Oppici, gerente general de la firma, ha sido apuntar a generar desarrollos propios e innovar constantemente en los productos. De hecho, tienen el 70% del mercado de máquinas lavachatas en el país, siendo la última creación la incorporación de tecnología “touchless”, que permite su operación sin el contacto con las manos, reduciendo la contaminación del proceso.
Viendo las nuevas tendencias de la industria, la compañía decidió investigar una alternativa de producción distinta de chatas, como es el caso de la línea biodegradable. “Vamos a empezar a explorar este nicho porque es más cómodo para el usuario y las clínicas”, indica el ejecutivo que proyecta este año facturar US$ 11,5 millones y que espera contar con un presupuesto estable para innovación en 2013, y no por proyecto.
Crecimiento
Además de nuevos productos, la firma está en proceso de expansión. Ya llegan a toda Latinoamérica y el Caribe, y los planes son hacerlo al continente africano donde, según Oppici, hay una enorme demanda por estos productos debido a que hay mucha contaminación por gérmenes o mala limpieza.
De hecho, afirma que sólo el 5% de la población de Kenia “se lava las manos con jabón, así que se produce mucha infección”.
Ya cuentan con un representante para comercializar particularmente productos clínicos como lavachatas y equipos de esterilización en países como Kenia, Somalia y Tanzania.