Empresas y Startups
Oficina de enlace industrial busca masificar proveedores chilenos en desarrollo astronómico
Empresas de la minería, telecomunicaciones e informática, entre otras, tienen mayor potencial para incursionar en la industria astronómica.
Por: Equipo DF
Publicado: Miércoles 7 de noviembre de 2012 a las 05:00 hrs.
Por Francisca Orellana L.
Que el 70% de la observación astronómica del mundo estará en Chile en la próxima década es ya un hecho. Cómo el país saldrá beneficiado de ese potencial, es la gran pregunta que intentará responder la Oficina de Enlace Industrial (ILO, por sus siglas en inglés, Industrial Liaison Officer), creada hace pocos meses bajo el alero de la División de Innovación del Ministerio de Economía. Con ella, se busca dar el salto en competitividad y masificar la presencia de proveedores chilenos en el desarrollo tecnológico para la astronomía, ya sea para infraestructura, maquinaria, equipamiento o nuevos procesos, lo que hoy es escaso.
La materialización de grandes observatorios como ALMA, el Telescopio Europeo Extremadamente Grande (E-ELT), o el LSST, entre otros, están demandando inversiones del orden de US$ 3.000 millones, que generalmente queda en manos de firmas extranjeras. De hecho, según un catastro del ministerio, son sólo cerca de diez las empresas locales que alguna vez han realizado un contrato con algún observatorio.
Para revertir el panorama, ILO está levantando información de los requerimientos de los observatorios para convocar a pequeñas, medianas y grandes empresas locales del área minera, telecomunicaciones, software, metalmecánica, infraestructura y TIC, entre otras, para que incursionen en este ámbito y puedan formar alianzas o consorcios con grupos extranjeros, de manera de generar sinergias globales, explica Valentina Strappa, quien asumió hace pocos meses la dirección de la Oficina.
“La astronomía no se puede ver como un mercado en Chile pues no hay una empresa que sobreviva sólo prestando servicios a los observatorios. Pero si se desarrolla una tecnología, ésta tiene un uso dual de impacto para la minería, defensa, salud, etc”, explica. Inventos como el WiFi, por ejemplo, nacieron como desarrollo astronómico.
Además, está el impacto para la economía. “Canadá ha calculado que por cada dólar que se invierte, se reciben dos y, de manera indirecta, se multiplica por diez”, dice.
Así, ILO será el puente que conectará las necesidades de los observatorios que estarán en construcción o que necesitan renovación tecnológica y las empresas. En 2013 será la licitación de infraestructura y domo principal de E-ELT, el telescopio más grande del mundo y que se ubicará en cerro Armazones, en el Desierto de Atacama. “Son proyectos tan grandes que una sola empresa no lo va a poder hacer, hay que armar consorcios. Y Chile tiene buen nivel, como las de minería que trabajan en el desierto y cuentan con certificaciones”, señala.
También incentivarán la transferencia tecnológica entre universidades y privados. Por iniciativa propia, grupos de casas de estudios están haciendo tecnología de frontera y “desarrollando instrumentos específicos para los observatorios, pero todo ese conocimiento queda ahí y se podría utilizar en otras áreas”, afirma.
Mejor posición chilena
Al ceder terrenos para los observatorios, Chile se queda con el 10% de la observación que ahí se realizará.
Pero para Strappa, el país está suficientemente consolidado (en estabilidad política, por ejemplo) como para pensar en sumar nuevas peticiones. Acota que España solicita el 20% de tiempo de observación y el 5% de la fuerza laboral es local. “Podría ser un incentivo para nuevos desarrollos, pero se trata de una decisión que hay que tomar como país“, dice.